domingo, 16 de junio de 2024

Makumba Ñampie

Firma para ñampear 

 











Preparar un tratado completo sobre las firmas de palo monte me llevaría demasiado tiempo y; como cada vez es más importante publicar con la mayor frecuencia posible para conseguir un buen posicionamiento en los buscadores de Internet y no volvernos invisibles; prefiero crear una serie de pequeños artículos en los que analizaré una firma en cada capítulo; comenzando por la patipemba para ñampiar que se muestra en la imagen.

El ritual se abre pidiendo licencia a Nsambi y a los mpungus implicados en la makumba; que pueden ser los que dan forma al nkisi del oficiante o, por el contrario, algún karire -como Ndoki, Lugambé o Lukankasi- del que se tenga prenda o su firma para llamarlo.

Muchos brujos poseen prendas karires -también llamadas prendas ndoki, diabólicas o judías- que reservan exclusivamente para trabajar malo. 

Aunque es cierto que dominar dos ngangas es muy complicado y peligroso y no cualquier ngangulero puede hacerlo sin perder la chaveta en el proceso o, incluso, la propia vida o la de uno de sus seres queridos; especialmente si una de las prendas es karire; por lo que no le recomiendo a nadie sin una gran experiencia y un gran poder personal que se ponga a experimentar para crear un nkisi karire.

Se saluda a la prenda y se le echa chamba, malafo y nsunga y, a partir de ahí, se empieza a conversar y explicar el caso que se quiere resolver. Después se arrojan los chamalongos para que las entidades den su opinión y negociar con ellas el trabajo que se les pide.

Cuando se llega a un acuerdo con el nkisi o el karire, se procede a presentar la obra, colocando los distintos elementos que la integran; como los rastros, datos y/o imágenes de la víctima, y las sustancias -como yerbas y mpolos o rayaduras de palos, huesos y minerales- que componen la carga.

A continuación se hacen nuevas ofrendas de malafo y nsunga y se arrojan nuevamente los chamalongos para comprobar que todo es correcto y que podemos seguir adelante.

Ahora se cambia el rumbo o nsila de la víctima pasando la obra del primero al segundo círculo; cuyos signos son los más cerrados o negativos; y encima -y también sobre la prenda, claro está- se ejecutan los sacrificios animales acordados previamente con el nkisi o karire.

Para finalizar se quema fula sobre la firma para consultar por última vez y arrear a los nfumbes hacia su objetivo.

La carga de un ñampie varía un poco dependiendo de la entidad espiritual con la que se vaya a trabajar; pero, por lo general, suele componerse de yerbas y palos negros -aquellos que sirven para destruir, desgraciar y hacer daño; como calabaza, limón, pimienta negra, mandrágora, adormidera, rompehueso, ají guaguao, agracejo, ayua, bijagua, cagadilla de gallina, caumao, cuaba prieta, frailecillo cimarrón, huevo de gallo, jia brava, maboa, maguey, majagua, sapote, ortiguilla, peonía, pica pica, tapa vista o yaba, yaya-, ngandos o fragmentos de animales de similar naturaleza; como arañas, escorpiones, ciempiés, cucarachas, moscas, lombrices, gusanos, sapos, murciélagos, tiñosas, cuervos, culebras, animales con deformaciones, dos cabezas, etc; todo en número de 6, 9 ó 13 elementos; más azufre y huesos de nfumbe ndoki; como asesinos, psicópatas, suicidas o víctimas violentas.

Saludos a todos y que Nsambi acutare.

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domingo, 9 de junio de 2024

La Gente del Río: Mitos y Leyendas Anfibias

En las selvas de África, a lo largo de Suramérica y en el Caribe, perviven numerosas leyendas sobre pueblos primitivos que habitan ríos y lagunas, dotados de características anfibias. Estos seres poseen ojos de cocodrilo, piel de rana, escamas de serpiente, membranas entre los dedos, dientes afilados como pirañas y la habilidad de permanecer largos periodos bajo el agua, nadando con gran destreza para atrapar a sus presas.


¿Es posible que estos pueblos, adaptados a vivir principalmente en el agua, hayan desarrollado mutaciones anfibias?


La respuesta es sí. Aunque hasta ahora solo se ha comprobado científicamente la mutación genética de la tribu Bajau en Filipinas, que les permite bucear sin ayuda durante 13 minutos a 70 metros de profundidad, es plausible que muchos mitos sobre seres sobrenaturales, mitad humanos y mitad criaturas acuáticas, tengan un origen real.




Imitando a los Depredadores Acuáticos


Es común que los pueblos primitivos imiten la apariencia y habilidades de los depredadores más poderosos de su entorno, como osos, leones, tigres, águilas, cocodrilos y boas. La mitología universal está plagada de referencias a seres anfibios, como sirenas, tritones y ninfas.


En América, abundan las divinidades y seres relacionados con ríos, lagunas y manantiales. Algunos ejemplos incluyen:





Yacuruna: El Neptuno amazónico


Yacuruna es uno de los seres mitológicos más importantes de la selva baja de la Amazonia. Se le representa como un ser anfibio emergiendo de las profundidades de ríos o lagos, adornado con algas, cangrejos y caparazones de tortugas. Su nombre proviene del quechua y significa “hombre de agua”.

Según la leyenda, Yacuruna se mueve por los ríos y lagos montando un cocodrilo o lagarto negro. Luego, puede adoptar forma humana para atraer y seducir a sus víctimas, llevándolas a las profundidades acuáticas. Allí las convierte en seres submarinos similares a él, con cabelleras de algas y ojos parecidos a los peces.

Los lugareños creen que los náufragos, al zozobrar las embarcaciones, siguen viviendo en el fondo de las aguas bajo el dominio de este ser, que también se manifiesta como “Yaras”, o sirenas selváticas.





Mama Cocha: La diosa Inca de las aguas


Mama Cocha, la sirena de la mitología inca, es la diosa de todas las aguas. Representa al mar, sus mareas, lagos y fuentes de agua. Comúnmente se le rendía culto para calmar las aguas bravas y obtener buena pesca.

Era una de las Cuatro Madres elementales junto con Pachamama, Mama Nina y Mama Wayra. Junto con Mama Quilla (La Luna) y Pachamama, constituía la trinidad lunar entre los incas, representando las tres fases lunares.

Mama Cocha era especialmente venerada a lo largo de la costa de los actuales territorios de Perú, Ecuador, Sur de Colombia y Norte de Chile, donde la pesca era esencial para la vida. Su papel incluía proteger a las poblaciones incas contra maremotos, tempestades y otros desastres marítimos.

Como esposa del dios supremo Viracocha y madre de Inti y Mama Quilla, Mama Cocha personificaba lo femenino y equilibraba el mundo conocido. A menudo se la identificaba con el agua de lluvia que fertiliza la tierra.




Yara: La Sirena venezolana


El culto a María Lionza tiene sus raíces en el tiempo previo a la llegada de los españoles a Venezuela en el siglo XV. Los indígenas que habitaban lo que hoy conocemos como el Estado Yaracuy veneraban a Yara, una Diosa de la Naturaleza y del Amor. Según algunos lingüistas, el término “Yaracauy” significa “lugar de Yara”.

 

Los indígenas describían a Yara como una mujer triste con grandes ojos verdes, pestañas largas y caderas amplias. Su fragancia evocaba las orquídeas, y su sonrisa era dulce y melancólica. Sus cabellos lisos y largos llegaban hasta la cintura, y tres hermosas flores adornaban sus orejas.

 

Según la leyenda, Yara, una hermosa princesa indígena, fue raptada por una enorme culebra dueña de lagunas y ríos, que se enamoró de ella. Los espíritus de la montaña castigaron a la culebra, haciéndola hinchar hasta reventar y morir. Yara fue entonces elegida como dueña de las lagunas, ríos y cascadas, convirtiéndose en madre protectora de la naturaleza y reina del amor.

 

A pesar de la conquista española, el mito de Yara sobrevivió, aunque con modificaciones. La religión católica la cubrió con el manto de la Virgen María, y así nació Nuestra Señora María de la Onza del Prado de Talavera de Nivar, conocida posteriormente como María Lionza.




 

La Madre de Agua: Una Ninfa de los Ríos

 

La Madre de Agua, leyenda folklórica colombiana, aparece en los ríos de Antioquia, Tolima y el Magdalena Medio. Es una mujer joven y bella, con cabellos dorados y ojos azules. Su mirada es penetrante, y su atracción hipnótica.

 

Esta verdadera ninfa de las aguas tiene los pies volteados hacia atrás, dejando rastros en dirección contraria. Persigue únicamente a los niños, llamándolos con ternura. Los enloquece y atrae con amor maternal, pero su fuerza de atracción preocupa a los padres.


Los niños flechados por la Madre de Agua enferman, sueñan con la bella rubia que los adora y la llaman con frecuencia. Cerca del río, escuchan su voz y se arrojan al agua con peligro.

 

Según la creencia campesina, la Madre de Agua surgió de una joven española que se enamoró de un apuesto indígena. El padre de la joven ahogó al niño fruto de su amor, y la madre, desesperada, se lanzó al río, convirtiéndose en una deidad apasionada por los niños y vengativa hacia la humanidad.





Ochún: Reina de las Aguas Dulces

 

Aunque no es una divinidad precolombina, la orisha Ochún, originaria de Nigeria, se ha convertido en una de las más adoradas en toda América. Miles de devotos yorubas cruzaron el Atlántico hacia el Nuevo Mundo como esclavos entre los siglos XVI y XIX, llevando consigo su devoción.


Ochún reina sobre las aguas dulces del mundo: arroyos, manantiales y ríos. Personifica el amor y la fertilidad. Los creyentes acuden a ella en busca de ayuda en asuntos monetarios y románticos, así como las mujeres que desean tener hijos, pues ella controla la fecundidad.

 

Su figura se integró perfectamente con las religiones indígenas y el catolicismo europeo, transformándose en reina de los nuevos cultos sincréticos en Iberoamérica, como el Candomblé brasileño, el Vudú de Haití y Santo Domingo, y la Santería cubana.


En resumen, la mitología americana está llena de divinidades y seres mágicos de la naturaleza que conectan la curiosidad e imaginación humanas con el mundo acuático y sus misterios.


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sábado, 1 de junio de 2024

Diez Personajes Mitólogicos de Cuba


En Cuba existe una rica tradición mitológica
 llena de personajes misteriosos, criaturas fantásticas y leyendas transmitidas oralmente de una generación a otra durante cientos de años; y algunos de ellos han sobrevivido hasta nuestros días. 

Estos seres fabulosos, moldeados por el tiempo y el encuentro entre individuos de culturas tan distintas como las africanas -bantúes y yorubas, principalmente-, las aborígenes -taínos, siboneyes y guanajatabeyes- y las europeas -andaluces, canarios, gallegos, asturianos y catalanes, entre otros-, han dejado una huella profunda en la cultura mágica del pueblo cubano.

1. Güije

Enlazado con las universales apariciones de seres míticos de variados genios y apariencias en los ríos, lagunas y ojos de agua de los cinco continentes, en Cuba se encuentra el famoso mito del Güije o Jigüe; el más extendido en toda la isla. 

De origen indio en sus comienzos, recibe la influencia del esclavo africano y se convierte en el Güije negro y enano que ha penetrado nuestras artes, poesía, pintura, dibujo, cine, ballet, cancionero.

Se trata de un negrito cabezón, feo, con una gran boca, ojos saltones y el pelo enmarañado. Es un duende protector de las plantas y animales del monte, y que impone severos castigos a quienes maltratan la naturaleza.

Son enamoradizos y acostumbran a hostigar a las muchachas hermosas que van a los ríos a bañarse o a lavar.

2. Cagüeiro

El cagüeiro es una especie de brujo, bandido, montero y hermitaño que tiene la facultad, al verse perseguido por sus fechorías -robaba, asaltaba y estafaba-, de convertirse en cualquier animal -puerco, chivo, vaca, conejo, pájaro- u objeto inanimado -como el tronco de un árbol caído- para lograr escapar o pasar desapercibido.

Este mito de la región Oriental de Cuba, cuyo nombre viene de voces taínas y puede traducirse como “el que siempre escapa” pronunciaba un ensalmo -o se ponía la camisa al revés, según otras versiones- y se convertía en el animal que deseaba. 

3. La llorona de Cuba

Se trata de una muchacha que había sido raptada por un pirata para hacerla su mujer, pero ella se resistía a sucumbir antes él, por lo que un día, lleno de cólera, el pirata le cortó la cabeza. 

La joven se escondió en una cueva y mediante pociones y conjuros logró pegarse la cabeza. 

Esta desgraciada y atormentada alma en pena sale de su escondite el primer viernes de enero, el Viernes Santo, el Viernes de Dolores y el viernes antes de la Natividad del Señor. 

4. La Gritona

A este mito, de origen claramente europeo, se le describe como una mujer desnuda montada en un caballo blanco, con la crin ensangrentada; seguida por un perro que arrastra una cadena y el canto de una gallina; que aterrorizaba a los carreteros que viajaban de noche por las lejanas guardarrayas con un grito que helaba la sangre.

Todavía hoy en día hay personas que viajan de noche por los campos de Cuba y afirman haber escuchado ese grito sobrenatural que pone los pelos de punta.

5. Babujal

Babujal es un espíritu maligno que toma la forma de un lagarto y se cuela, sin saber por dónde, en el estómago de algunas personas, causando molestias, enfermedades y desgracias.

Los hechiceros de la zona de Bayamo, de donde procede el mito de este oscuro ser, lo expulsan mediante un ritual que consiste en hacerlo salir del cuerpo a cuajazos- golpes o azotes con una vara o rama-, mientras se invocan espíritus benéficos.

6. Ñangajúa

Se trata de una bruja que se come a los niños. Nunca duerme por lo que los niños deben evitar alejarse de la casa y adentrarse en el monte, donde habita.

Su apariencia es la de una anciana horripilante con el poder de quitarse la piel para volar y de ese modo colarse en las casas y llevarse a los niños o chuparles la sangre, mientras duermen. 

Los creyentes la alejan con cruces de cedro o pimienta negra y su origen parece  herencia canaria; ya que en dichas islas -de la costa africana, pero pertenecientes a España desde el siglo XIV- existe una larga tradición de aquelarres femeninos con idéntica mala fama.

7. Madre de aguas

Es una enorme majá con un par de cuernos en la cabeza, con escamas muy duras. La Madre de aguas habita en la laguna de Itabo y en la laguna de Río Grande, ambas ubicadas en Cienfuegos.

Este misterio autóctono cubano, que ya existía antes de la llegada de los españoles a la isla, es uno de los pilares fundamentales de los cultos mágicos afrocubanos de origen bantú, representada en las diversas ramas del Palo Monte como la Ñoca o Mboma Ñoca, la serpiente enroscada en los bastones de los nganguleros y representada como una flecha serpenteante en las patipembas o firmas paleras.

Con el pasar de los siglos y el sincretismo con la religión católica y los cultos yoruba, Madre de Agua ha mudado su piel de serpiente de río por el de diosa de todas las aguas, dulces y saladas; emparentándose con otras divinidades acuáticas como la Kalunga conga y la Yemayá de los yoruba.

8. La Luz de Yara

Este mito se basa en la historia real del cacique taíno Hatuey, que se enfrentó a los colonizadores españoles y fue quemado vivo por ellos, en Yara, en el Oriente de Cuba.

Hatuey había navegado desde la isla de Quisqueya -actual Santo Domingo- hasta la isla de Cubanacán -actual Cuba- para alertar a sus vecinos contra los españoles y que arrojaran todo el oro que poseyeran a los ríos, porque, decía, ése es el dios de los blancos por el que luchan y matan.

Al final su rebelión fue sofocada y Hatuey fue capturado y condenado a morir en la hoguera; a cuyas llamas se arrojó con valentía cuando el célebre cura Bartolomé de las Casas se ofreciera a bautizarlo para que pudiera ir al cielo: “Si los españoles van al cielo, yo no quiero ir allá con gente tan cruel”, dicen que dijo antes de lanzarse al fuego.

Cuentan que una luz tenue y misteriosa se desprendió de la inmensa hoguera y vagó errante por aquellas dilatadas llanuras, y que todavía puede verse brillar en algunas noches oscuras como una promesa latente de venganza y libertad.

Aquella luz es el alma de Hatuey, la Luz de Yara.

9. Ma Dolores

Ma Dolores fue una famosa curandera conga, que se estableció en Trinidad a mediados del siglo XIX, tras la abolición de la esclavitud.

Para ganarse la vida, curaba con aplicaciones de saliva y con pañitos mojados, cuya eficacia supuestamente se debía a las virtudes maravillosas del agua de un manantial próximo al bohío de la vieja, de donde se surtía, y que aún hoy se conoce con el nombre de La Poza de Ma Dolores.

Ma Dolores fue juzgada por el delito de infidencia -que significa violación de la confianza o fe de las personas, o lo que viene a ser lo mismo: estafa y hechicería- como un enemigo peligroso para la integridad nacional y condenada a fusilamiento.

Cuando se le notificó la terrible sentencia, la vieja exclamó: “A mí no va matá… Los angelito me viene a bucá y me va llevá”.

El día señalado para su ejecución, momentos antes de que el pelotón disparara contra ella, se vio venir a todo galope a un oficial español gritando. “¡Perdón para el reo, perdón para el reo..!”

10. Abikú

Abikú es un vocablo yoruba que significa predestinado a morir” y se refiere al niño que muere antes de la pubertad, y su espíritu regresa al mundo en otro niño que nace después.

Este espíritu oscuro nace y muere una y otra vez, siempre antes de cumplir 12 años, causando inmenso dolor en sus padres; de cuyo sufrimiento se alimenta. 

Cuando muere, para reconocerlo y que no pueda seguir engañando más a la familia en que nace, se hace en el cadáver una marca: se le corta un pedacito de oreja, la falange entera o la punta de un dedo, y cuando vuelve a este mundo, ya se sabe quién es.

Esta creencia, totalmente yoruba, está muy arraigada en la isla; difundida por la regla de Ocha o santería; que es la religión mayoritaria en la isla.


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