viernes, 2 de octubre de 2020

Diferencias Entre Los Amarres De Palo Monte Y Los De Santería

Un observador ajeno a los cultos afrocubanos no distinguiría grandes diferencias entre los ritos yoruba y los ritos bantú que se practican en la isla desde los tiempos en que era colonia española. En ambas liturgias se aprecian palabras y cantos africanos, tambores y sonajeros, adivinación con caracoles y conchas de mar, sacrificios de animales, despojos o limpiezas con aves y yerbas; amuletos, fetiches y otros artefactos mágicos para suerte y protección; trances o posesiones de espíritus de la naturaleza y de difuntos; así como trabajos u obras de brujería para resolver los problemas o deseos de sus creyentes; pero tras esas similitudes superficiales se encuentran radicales divergencias entre los principios espirituales y técnicas esotéricas de cada una, que se hacen más evidentes cuando comparamos los modos de amarrar de cada una.

La Santería cubana no ha variado tanto de la Ocha yoruba original -incluso conserva intacta su lengua, que los santeros cubanos reproducen al pie de la letra sin cesar, aunque sin entender lo que dicen- porque es más religión que magia y cómo tal tiende a ser estática; pero el Culto Congo -más chamánico que religioso- comenzó a transformarse y a adaptarse a las nuevas circunstancias y tiempos desde que llegó a Cuba en el siglo XVI. De hecho, la imagen clásica que tenemos del Tata es la de un hombre tocado con sombrero de yarey, tabaco en la boca y machete y botella de aguardiente entre las manos, inclinado sobre un caldero coronado de palos y plumas; cuando lo cierto es que los ngangas o brujos originales bantúes no usaban yarey, ni tabaco, ni aguardiente de caña, ni machetes, y sus prendas eran nkisis -pequeñas figuras antropomórficas realizadas en madera, tela, barro y otros materiales naturales- y no grandes cazuelas y calderos llenos de palos como las de sus descendientes criollos. Incluso las patipembas de Palo Monte presentan sincretismo con Abakuá, y el uso del caldero de hierro y de la pólvora con la magia negra europea. Los ngangas africanos eran nómadas como los viejos trovadores del Oriente de Cuba; que iban pueblo por pueblo con su música; pero los tatas cubanos son brujos sedentarios, con circunstancias muy diferentes a la de Africa y tendencia a asentarse en un punto fijo del campo o del poblado donde son más conocidos, y por esa razón sus prendas han ido cambiado su forma y aumentado su talla a través del tiempo hasta convertirse en artefactos mucho más complejos y poderosos que los viejos nkisis. Y con los amarres ha ocurrido otro tanto.

Los amarres de los santeros, al igual que los de Palo Monte, usan sustancias y elementos naturales, muñecos, ofrendas y sacrificios de animales en su elaboración, pero su mecanismo de funcionamiento consiste en rogar a los orishas para que les concedan sus peticiones o intercedan ante Olofin por ellos -cosa que puede suceder o no dependiendo del humor que tengan los dioses ese día-; mientras que los paleros encargan sus trabajos a los nfumbes -espíritus de personas muertas- a cambio de menga -sangre- de seres vivos y/o de resolver los asuntos pendientes que dejó el difunto en el mundo de los vivos ( el palero puede hacer justicia o venganza contra los enemigos del difunto, ayudar a su familia o entregarles un mensaje póstumo, etc ); pues aunque poseen menos poder que los mpungus -equivalente bantú de los orishas yoruba- se encuentran más cerca de los asuntos de los vivos que los espíritus de la naturaleza, y acuden al llamado del Tata y laboran para éste con más diligencia que cualquier divinidad o espíritu superior. De los mpungus toman su fuerza mágica los paleros, pero la gestión de los amarres y demás trabajos se la confían a los nfumbes.

Los Orishas de la Santería y los Mpungus del Palo Monte son espíritus más poderosos y elevados que los égguns ( los muertos o ancestros yoruba ) y nfumbes, pero por esa misma razón se encuentran muy por encima de los problemas humanos y cuesta mucho llamar su atención para que los resuelvan. También se demoran más en cumplir los trabajos y pueden cambiar de idea sobre la marcha, ya que nada los ata a cumplir la voluntad de los simples mortales. Por muchas ofrendas y sacrificios que les haga a sus orishas, nada le garantiza al santero o al babalawo que sus deseos vayan a cumplirse o que lo hagan con rapidez. Es por eso que muchos santeros de éxito admiten que su eficacia proviene más de trabajar con los égguns que de complacer a los orishas.

Otra diferencia entre los amarres yoruba y los de Palo Monte es que los paleros emplean patipembas ( firmas o dibujos mágicos ) para representar el nkangue o amarre específico que ejecutarán, a las personas involucradas en la situación, a las fuerzas implicadas en la obra y a la ruta que seguirán los nfumbes por el Astral hasta sus objetivos. El santero reúne los ingredientes, realiza las peticiones y las ofrendas y sacrificios que ofrece a cambio a los orishas invocados, y luego deja todo en manos de ellos. Los nganguleros, en cambio, planifican hasta el último detalle de los trabajos que encargarán a sus nfumbes, para que éstos sepan cómo reaccionar ante cualquier obstáculo o eventualidad y seguir adelante con la misión pese a los cambios que pueda sufrir cada caso sobre la marcha. Los amarres yoruba, por el contrario, suelen perder el rumbo cuando ocurren alteraciones en los casos que atienden y los santeros se ven obligados a realizar nuevas consultas y nuevos trabajos, con los consiguientes sacrificios de animales y demás ofrendas y gastos.

Cuando un Tata consulta a una persona sobre un asunto amoroso y durante el registro se decide amarrar al ser amado, los detalles más importantes del caso y de cada persona implicada quedarán simbolizados en la patipemba que va trazando el brujo desde que empieza la consulta hasta que termina el trabajo. Sobre el círculo del cuatro vientos registra con pequeñas cruces y círculos de tiza los signos marcados por los chamalongos. Una de esas cruces o círculos representa al consultante y otra al ser amado, y el resto señala a las terceras personas -familiares, amigos, rivales, enemigos, etc- involucradas que pueden afectar negativa o positivamente al cumplimiento del amarre. El tata traza una flecha vertical desde el consultante hasta la persona amada y en su centro un círculo mayor; encima del cual colocará posteriormente la obra con todos sus ingredientes y muñecos-. Traza otra flecha de izquierda a derecha que representa la línea de tiempo desde el presente hasta el futuro; cuando se se haga realidad el deseo solicitado; y otra flecha más corta que sale del centro hacia las terceras personas y que simboliza que una parte del trabajo va dirigida hacia esos individuos, para que los nfumbes sepan que deben dividirse en ese punto; quedando unos ocupados con el amarre y los demás con neutralizar o influir sobre la gente cercana a la pareja. Los rastros o datos de cada persona se colocan sobre los signos que las representan para que los nfumbes puedan identificarlos sin equivocarse, y las formas y direcciones de las flechas les indican cuándo y hacia donde actuar. Y por último traza la firma del amarre en cuestión dentro del recipiente de la obra ( generalmente una güira, un plato o fuente, un trozo de papel o de tela, o una hoja grande de maíz, etc; que contiene a los muñecos y demás ingredientes del amarre ), que se pone sobre el círculo central, para que los nfumbes sepan exactamente cuál obra realizar y no se confundan con otra.

Por eso cada amarre de Palo Monte es diferente u original aunque se realice siguiendo determinado tratado; ya que se incluyen las variaciones de la nueva situación sobre la estructura base del tratado; a diferencia de los amarres de Santería, que llevan cientos de años repitiendo los mismos signos, rezos y trabajos sin atreverse a cambiar nada; no importa cuán anticuada se haya quedado la situación que describen. Puede que la base mágica de los amarres antiguos sea poderosa, pero si no se revisan y adaptan a las situaciones modernas pueden perderse por el camino y fallar su objetivo o demorarse demasiado en alcanzarlo. ¿Cómo puede un amarre de hace mil años ayudar a una chica que, por ejemplo, se enamoró por internet y su amado es transexual y vive en el otro lado del mundo? Ninguna letra de Ocha o de Ifá contempla tal situaciones ni posee obras para resolverlas. Las letra de Palo Monte tampoco tienes trabajos así, pero los Tatas pueden introducirles cambios por inspiración o por lógica, y adaptarlos para que funcionen ahora.

Cuando yo consulto un caso y me sale realizar un amarre o cualquier otra obra que no haya probado antes ( existen miles de trabajos diferentes de Palo Monte ), lo primero que hago es detectar los errores anacrónicos y de contexto. Un tratado puede referirse a situaciones que ya no existen o, por el contrario, no contemplar las circunstancias que rodean un caso actual; o indicar el uso de ciertas plantas o elementos porque son características de la región donde se creó, pero que no se dan o no poseen el mismo poder mágico o significado simbólico donde se aplicarán. Un amarre que fue concebido hace cientos de años para actuar dentro de los límites de alguna llanura o selva africana donde habitaron sus creadores no está preparado para influir en otros territorios, a no ser que se hagan algunos ajustes. Los nfumbes no entienden de tiempo y espacio porque son dimensiones físicas que no existen en el plano espiritual e inmaterial -llamado por muchos Astral- que habitan, y si se les ordena un amarre cuyo radio de acción pertenece a otra época o localización del mundo, lo ejecutarán en el momento o lugar indeseados. Son esos amarres que aparentemente no funcionan y es porque los nfumbes los están ejecutando con las personas, lugares o momentos equivocados.

Algo similar ocurre cuando se aplica un tratado diseñado para amarrar a un hombre y a una mujer a un caso en que ambas personas son del mismo sexo. Los amarres africanos antiguos no contemplaban la homosexualidad porque ésta era tabú en su tiempo, y cuando se usan para un caso de dos hombres o de dos mujeres pueden provocar efectos opuestos o indeseados; ya que casi todos los amarres incluyen ataques, alejamientos o neutralizaciones de los rivales y personas que se oponen o podrían obstaculizar la relación que se persigue lograr, que los nfumbes pueden dirigir contra el ser amado por confundirlo con una de ellas. Pongamos el caso de un chico que quiere poseer el amor de un hombre casado con una mujer: si les aplicamos un amarre antiguo, concebido para hombre y mujer, sin hacer los ajustes pertinentes, los nfumbes encargados del trabajo pueden tomar a la esposa por el ser amado y enamorarla del chico, y al ser amado cerrarle los caminos o causarle un accidente o enfermedad para alejarlo del chico enamorado. O el caso de una mujer que ha descubierto que su marido es gay y desea alejarlo de esas tentaciones: un amarre antiguo interpretaría las tentaciones como mujeres y alejaría de ellas al marido, pero no de otros hombres. Es decir, un desastre.

Por eso yo animo a todos los practicantes de Palo Monte a que no se anquilosen repitiendo como papagallos los viejos tratados y a que se atrevan a interpretarlos con nuevos ojos. Analicen cada renglón de cada obra que les marquen los nfumbes y pregúntense el porqué de cada elemento. ¿Sigue siendo necesario tal ingrediente o usarlo ahora sería contraproducente? ¿Podemos cambiar determinadas plantas o animales por otros más locales, afines o actuales? ¿Puedo cambiar la fecha y hora astrológica de un trabajo concebido en otra época y latitud para que funcione mejor ahora y en otra zona del planeta? ¿Puedo adaptar la fórmula de un amarre mixto para amarrar a dos personas del mismo sexo cambiando la polaridad de algunos ingredientes ( los elementos Aire y Fuego son positivos y masculinos, mientras que Tierra y Agua son negativos y femeninos. Un amarre normal tiene ingredientes positivos y negativos; ya que la pareja es mixta; pero para amarrar a una pareja de hombres los elementos empleados deben ser todos positivos, y todos negativos para amarrar a una pareja de mujeres )? Es más fácil y productivo cuestionarse estas cuestiones antes de empezar un trabajo, que adivinar después la causa del fracaso y tener que volver a empezar todo de nuevo.

Saludos a todos y que Nsambi Acutare,