sábado, 3 de julio de 2021

El Nacimiento De Nsambi


Nsambi, Sambi o Sambia, cómo lo pronuncian muchos religiosos cubanos, es el nombre de Dios en el Palo Monte. Un Dios máximo y primigenio, más antiguo y poderoso que cualquier otra divinidad; ya que fue la primera consciencia en despertar y el creador de la existencia misma. La gran explosión que dio origen al espacio y al tiempo; según la teoría científica del Big Bang; fue en realidad el despertar de Dios, el ojo de Nsambi abriéndose en medio de la Nada e iluminándola por primera vez.

Antes de eso Nsambi dormía en el eterno e infinito vacío de la no-existencia. Era Uno con la Nada y el valor de Uno era Cero, porque la Nada es la Muerte; el estado anterior a la vida al que todo y todos retornamos algún día. Pero ocurrió un milagro, un acontecimiento imposible e inexplicable científicamente y, por tanto, mágico: La Nada tuvo un sueño, y en ese sueño original se vio a sí misma como un punto de fuego brotando de las tinieblas e iluminando el vacío. Un punto de fuego con consciencia de sí mismo; la primera luz; que siguió expandiéndose hasta despertar a la existencia.

Y el Fuego, la Luz, la Consciencia y la Existencia eran una misma cosa: la Vida, y una sola entidad: Dios, Nsambi; el gran misterio inescrutable, el principio creador del tiempo y del espacio, de la materia y de la energía, de la consciencia y del espíritu. Y el valor de esa unidad divina era y es infinito, pues, ¿Acaso hay algo más valioso que la vida?

La vida, la existencia, este universo, son el sueño de Nsambi; porque únicamente en el mundo de los sueños lo imposible es posible y la Nada puede modelarse como arcilla para crear la Gran Obra de Dios. La realidad, incluyendo las leyes físicas que la dominan, es mágica. La gravedad, la evolución natural, la humanidad y el desarrollo científico y tecnológico también son mágicos, porque es imposible encontrar o concebir racionalmente la causa que produjo el efecto existencia. Solo los sueños, la magia y la poesía -que vienen a ser la misma cosa- pueden explicar cómo pudo surgir algo de la nada.

Es un hecho que con Nsambi no se puede “trabajar” porque nunca “baja” ni responde a nuestras invocaciones y súplicas. Por esa razón en los rituales de Palo Monte únicamente se le saluda como señal de respeto, y muchos paleros piensan que Nsambi se desentendió de este mundo después de crearlo; pero nada más lejos de la verdad. Nsambi no baja porque ya está aquí entre nosotros y en todas partes; arriba y abajo al mismo tiempo. Su carne es el material de que están hechas todas las cosas y criaturas del universo, y su mente la suma de todas las consciencias. Cuando la flecha del cazador surca el cielo y atraviesa a su presa en pleno vuelo, Nsambi es a la vez el cazador, la flecha, el cielo y el pájaro herido.  Nsambi es todo, la pregunta y la respuesta al mismo tiempo.

Cuando trabajamos la Magia o brujería a través de los mpungus o divinidades y de los nfumbes o espíritus de este universo, en realidad estamos manipulando la energía de Dios. Ya sea para bien o para mal, todas nuestras obras son parte de la gran obra de Nsambi, y tanto los ángeles como los demonios son criaturas soñadas por Él. Y por esa razón; porque todas las cosas y todos los seres somos parte de Nsambi; los humanos también soñamos y tratamos de hacer realidad nuestros sueños.