jueves, 23 de septiembre de 2021

Mambos o Cantos de Palo Monte



Cuando un profano de los cultos afrocubanos escucha la palabra “mambo” inmediatamente piensa en el famoso ritmo musical bailable nacido en Cuba en los años 30 del siglo XX e inmortalizado mundialmente por Perez Prado, Beny Moré y otros grandes músicos en la década de los 50; pero el vocablo es de origen bantú y en el dialecto kikongo del Palo Monte significa canto o verso, en referencia a las estrofas de invocación, saludo y celebración empleadas en la liturgia de las reglas congas; acompañadas del sonido de tambores y sonajeros, o a cappella; desde los tiempos de la colonia española.

Estos mambos surgieron por improvisación o por inspiración espiritual durante los rituales y cada regla o casa de Palo Monte conserva los suyos propios para cada trabajo o ceremonia. A continuación veremos algunos mambos y para qué se utilizan. En la mayoría de las estrofas se puede apreciar distinción entre lo que canta el “gallo”, guía o solista, y lo que entona el coro:


Guía: Lumbé se fue pal monte,

No ta en el barracón.

Lo amo lo ta buscando,

 No ta en el barracón.

Lumbé no ta en la cueva,

No ta en cañaveral.

Lumbé se fue pal monte,

No ta en el barracón. 

Lumbé no son mayimbe,

¿A dónde ta Lumbé?

Coro: Lumbé ya kuenda nfuiri,

Ya kuenda nganga va.

Guía: Lumbé ya ta en su monte,

Ya ta en mi barracón.


Lumbé, Lumbé Lumbé,

Lumbé, la cueva nganga.

Si Lucerito ta ceré ceré,

Palo, kindiambo acé awé.

Lumbé, Lumbé Lumbé,

Lumbé la cueva nganga.

Si Tiembla Tierra ta ceré ceré,

Palo, kindiambo acé awé.

(se repite para cada mpungu).


En estos mambos Lumbé es el nombre de un esclavo muerto, cuyo espíritu radica ahora en la prenda de otro congo o palero. Simboliza al nfumbe principal o mayoral -ya sea un ancestro congo o un muerto del cementerio- de una nganga. Es una forma de saludarlo o invocarlo al principio de un ritual.

Otros saludos a las diferentes entidades y para abrir un juego, ceremonia o trabajo:


Guía: Debajo del laurel, yo tengo mi confianza 

Yo tengo mi confianza, yo tengo mi confianza.

Coro: Debajo del laurel, yo tengo mi confianza.

Guía: Lucero es mi confianza, 

Lucero es mi confianza.

Coro: Debajo del laurel, yo tengo mi confianza.

Guía: Tiembla Tierra es mi confianza, 

Tiembla Tierra es mi confianza.

Coro: Debajo del laurel, yo tengo mi confianza.

(se repite para cada mpungu).

Guía: ¡Mambe, Mambe!

Coro: ¡Mambe, Mambe!


Guía: ¿Pa’ qué tú me llamas?

¿Pa’ qué tú me llamas?

Si tú no me conoces, ¿pa’ qué tú me llamas?

Yo soy Lucerito, ¿pa’ qué tú me llamas?

Coro: Si tú no me conoces, ¿pa’ qué tú me llamas?

Guía: Yo soy Tiembla Tierra, ¿pa’ qué tú me llamas? 

Coro: Si tú no me conoces, ¿pa’ qué tú me llamas?

(se repite por cada mpungu)

Guía: ¡Mambe, Mambe!

Coro: ¡Mambe, Mambe!


Guía: Maine Maine, alabao sea Dios Serenito.

Tumba palo ceiba, tinde tinde Avelino.

¿Dónde tan los congos que creen en Dios Serenito?

Tá llamando cuimbre.

Coro: Acé, Avelino, acé, 

Acé, Avelino, acé.

Guía: Yo lo está buscando y no se porqué.

Coro: Acé, Avelino, acé.

Guía: En la loma ya miré.

Coro: Ndoki yaya.

Guía: Hay un palo que se esconde, ¿qué palo es?

Coro: Ndoki yaya.

Guía: Mayombero dime, ¿qué palo es?

Coro: Ndoki yaya.

Guía: ¿Qué palo es?, palo Cocuyo.

Coro: Ndoki yaya.


Guía: Guaramina ¿porqué?

Guaramina siké siké.

¿Porqué mi tata llama a andialonga?

Yo averigua por qué.

Yaya siké siké, siké que mata.

Coro: Tata llama a andialonga, siké siké.


Guía: Nguembo karire nguembo,

Nguembo karire palo.

Nguembo ta guindando en lo palo,

Nguembo karire palo.

Coro: ¿Cómo guinda?, ¿qué es eso?


Guía: Si Centella me lleva, yo va,

Con licencia de usté, Sarabanda.

Si Centella me lleva, yo va.

Coro: Yo va, yo va.


Sarabanda rabanda, kíkiri bakó,

Choca hueso con hueso, kíkiri bakó.

Sarabanda rabanda, kíkiri bakó.


Sarabanda cuyé, nganga cuyé.

Sarabanda cuyé, yo te quieron ve.

Sarabanda son mi pare, yo te quieron ve.

Sarabanda ta en la loma, te quieron ve.

Sarabanda ta en el monte, te quieron ve.

Sarabanda ta en lo mundo, te quieron ve.

Rayo parta mi mundo, te quieron ve.

Sarabanda son lo viento, te quieron ve.

Sarabanda cosa buena, te quieron ve.

Sarabanda cuyé, ya son las horas ¡awé!

Sarabanda cuyé, te estoy llamando ¡awé!

Sarabanda cuyé, lo rayo parta mundo ¡awé!

Sarabanda cuyé, ¿tú no me oye? ¡awé!

Sarabanda cuyé, te estoy llamando ¡awé!

Sarabanda cuyé, ya son las horas ¡awé!

Sarabanda cuyé, nganga cuyé.

Sarabanda cuyé, yo te quieron ve.

Sarabanda cuyé, nganga cuyé.


Guía: Qué to los palos kindiambo,

Son palo de 7 Rayos.

Para hacer rayos, ahora va caer.

Coro: Hoy si cae rayo, ahora va caer.

Guía: Tú no asustá, ya va caer.

Coro: Hoy si cae rayo, ahora va caer.


Chéchere ngoma, las buenas noches.

Las buenas noches, chéchere ngoma.

¿Cómo está usté?


Guía: Llegué, llegué mago fandango.

Llegué, llegué nganguleando.

Llegué, llegué caminando.

Llegué, llegué garangando. 

Coro: Llegué llegué, por Dió.


Abukenke jugó con lo Sambi

Yo no va casa lo santo

Santo Sarabanda son mi zapato

Lucero son mi camisa

Y a él lo acato enseguida

Siete Rayos son bendito.


Guía: Matari Nsasi, matari mukiana 

Matari monovelo es la envoltura 

La piedra en que Nkita Nsasi cae del cielo

Nsasi mura nsulu, fula inoka muinda 

Muna nsulu sucrila, Nsasi kinfula inumantato

Nsasi está en el cielo, estrella cae en tierra y baja.

Coro: Matari Nsasi, matari mukiana.


Coro: Palo mayimbe, me llevan pa’ la loma,

Guía: Me llevan pa’ la loma, me llevan pa’ la loma.

Coro: Palo mayimbe, me llevan pa’ la loma.

Guía: Yo corro pa’ la loma, yo corro pa’ la loma.

Coro: Palo mayimbe, me llevan pa’ la loma,

Guía: Yo sube pa’ la loma, yo sube pa’ la loma.

Coro: Palo mayimbe, me llevan pa’ la loma.

Guía: Yo soy 7 Rayos, me llevan pa’ la loma.

Coro: Palo mayimbe, me llevan pa’ la loma.

Guía: Yo soy Tiembla Tierra, me llevan pa’ la loma. 

(se repite para cada mpungu)

Coro: Palo mayimbe, me llevan pa’ la loma.

Guía: ¡Mambe!

Coro: Dios.

Guía: ¡Mambe!

Coro: Dios.


Guía: Sambia manda que yo reza.

Coro: Por la señal.

Guía: Da licencia Sambia mpungu,

Va licencia mi padrino, 

Tú mi nganga son Batalla,

Son mismito guinda vela,

Diaca en diaca nunca tercia,

Abre nkuto wirindinga.

Coro: Por la señal.

Guía: Sambia manda que yo reza.

Coro: Por la señal.

Guía: Me lleva.

Coro: Solo, solo me lleva.

Guía: Va como humo, solo me lleva,

Va Cuatro Vientos, solo me lleva,

Va pie kindembo, solo me lleva,

Va Campo Lemba, solo me lleva, 

Va Campo Santo, solo me lleva,

Solo solo, solo me lleva,

Ya mismo nfumbe, solo me lleva,

Ya mismo nganga, solo me lleva,

Va sacar muerto, va sacar vivo,

Ya mismo nfumbe, solo me lleva,

Mamá Kalunga, solo me lleva.


Coro: Yaya yayita, por el sueto,

Lucero viene alumbrando madrugá.

Guía: Yaya yayita, por el sueto,

Lucero viene alumbrando, como e’.

Yaya yayita, por el sueto,

Lucero viene alumbrando madrugá.

Coro: Lucero Prima, Lucero Madrugá.

Guía: Saludando a todos los mpungus,

Con Lucero Madrugá.

Saludando a todos los nfumbes, 

Con Lucero Madrugá.

Arriba suena bajo el nfumbe,

Con Lucero Madrugá.

Diaca diaca nunca tercia,

Con Lucero Madrugá.

Piango piango llega lejos,

Con Lucero Madrugá.

Ya recuerda sacrificio,

Con Lucero Madrugá.

Ya recuerda mi padrino,

Con Lucero Madrugá.

Yaya yayita, por el sueto,

Lucero viene alumbrando como e’.

Prángana Lucero, prángana,

Buen sueto, prángana.


Coro: Guasasa,

Sambia está en el culo del perro,

Guasasa.

Guía: Tú me infundes confianza,

Tú mi nfumbe mi confianza,

Tú me infundes confianza,

No me juegues con candela,

Saca mbele con su maña,

Corta caña en la colonia,

Sube loma con su maña.


Guía: Erisi palo ande,

Cómo hay juria de ngando de erisi palo ande.

Coro: Vamo a ngangar mama mía, cómo llueve.

Guía: Ngango etá correr, Madre Agua awé,

Ngango etá correr, Chola Wengue awé,

Mamá Linda awé, ngango etá llové,

Lo nfumbe etá correr, mi culebra awé,

Son anguila awé, con tu Mamá awé.


Pavo real tú bucan palo,

Para bien, bien.

Yo para rriba Jagüey,

Dice Jagüey ta chiquito,

Para bien, bien bien.

 Pavo real tú bucan palo,

Yo arriba Tengue,

Dice Tengue ta chiquito,

Para bien, bien bien.

Ya arriba nganga e’,

Nganga e’ ta bueno,

Para bien, bien bien.

Mi che nganga,

Mi iyá nganga.

Sala Malekun, pa’ to lo mpungu,

Pa’ mi Briyumba, va como ñoca,

Mi culebra, mi culebrita.

Arriba ngango, pa’ rriba ntoto,

Pa’ Campo Nfinda, pa’ Campo Lemba,

Mamá Kalunga, nfinda Kalunga.


Coro: Mamá Rufina son dos jimaguas.

Guía: Son dos jimaguas, son dos jimaguas.

Trabajan juntos, son dos jimaguas.

Pelean juntos, son dos jimaguas.

Batallan juntos, son dos jimaguas. 

Caminan juntos, son dos jimaguas. 

Comparten juntos, son dos jimaguas.

Coro: Mamá Rufina son dos jimaguas.


Mamá Rufina ¿porqué?

Palo me lleva pa’ la loma, awé.

Palo me lleva con su magia, awé.

Palo me lleva a la montaña, 

Palo me lleva con su magia, awé.

Palo Mayombe lo llevan pa’ la loma,

Lo llevan pa’ la loma.

Palo Mayombe lo llevan pa’ la loma,

Lo llevan pa’ la loma.


Coro: Si mi niña, mi niña bonita,

Niña baila pa’ Cobayende,

Niña baila pa’ Cobayende.

Guía: Si mi niña, mi niña bonita,

Niña baila pa’ Pata en Yaga,

Niña baila pa’ Cobayende.


Coro: Yinyiri guao, guao guao,

Yinyiri guao mi Cobayende.

Guía: Mi Cobayende va Campo Lemba,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Mi Cobayende va Campo Nfinda,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Mi Cobayende va piaco piaco,

Yinyiri guao mi Cobayende,

La misma Ngonda va cruzar nsulu,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Va enterrar muerto, va sacar vivo,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Sacando agua ya va en canasta,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Bajo el tratado de Las Dos Palmas,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Ya va recuerda lo sacrificio,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Lo mismo Tata que mandan Congo,

Yimyiri guao mi Cobayende,

Vayamo venga va correteando,

Va como lango mi Cobayende,

Namá Camilio va escupe sangre,

Yimyiri guao mi Cobayende,

Va como ñoca pa’ fiesta indemo,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Mamá Kalunga me está llamando,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Criyumba congo son muy tratado,

Yinyiri guao mi Cobayende,

Soy Rompe Monte, soy Guinda Vela,

Yinyiri guao mi Cobayende.

Coro: Yinyiri guao, guao guao,

Yinyiri guao mi Cobayende.


Buenas noche aquí, buenas noche allá,

Nsala maleku aquí, maleku nsala allá.

Buenas noche aquí, buenas noche allá,

Trae lo bueno paquí, lleva lo bueno pallá.

Nsala maleku aquí, maleku nsala allá…


Este mambo se canta mientras brota la sangre de los animales sacrificados a la prenda:


Guía: Mira cómo corre la tintorera.

Coro: Menga va correr y va corriendo.

Guía: Mira cómo corre warilongo.

Coro: Menga va correr y va corriendo.


Guía: Nganga, nsusu ya lipó,

Yo te da menga.

Coro: Sangre, difunto, sangre.


Meme, mbele kiamene,

Eki menga nkisi.


Fogoro yarifo,

Menga corre menga,

Fogoro yarifo.


Voy a matar umbé,

Menga va correr, saliendo sangre,

Corre, corre, corre sangre.


Para trazar las patipembas:


Y raya que raya, bempa,

¿Qué bempa son?

Lo venzo to’,

Lo gano yo,

Te busco yo,

Te espero yo,

Su bendición, 

Y no me oyó,

Y ya me oyó,

Y me encontró,

Un corazón,

Lo gano to’,

Y me escuchó,

Lo viro to’.


Los siguientes mambos son para trabajar malo o hacer daño; para guerrear o castigar a un enemigo:


Dialongué, dialongué mumba,

Qué hoyo abierto no tiene amo,

Qué tú lo haces, qué tú lo pagas,

Come, come bastante.


Guía: ¡Mamá Kundelango!

Coro: Mundo ya vira.

Guía: ¡Mamá Kundelango!

Coro: Mundo ya vira.

Guía: ¿Quién manda ahí?

Coro: Mano Guayalá.


Guía: Yengue mumba ndoki,

Yengue María ndoki.

Coro: Yengue María yengueré.

Guía: Jálalo yengure, mumba ndoki.

Coro: Yengue María yengueré.


Coro: Lugambé, te estoy llamando,

Lugambé, te quiero ver.

Guía: Lugambé, los malos pasos,

Lugambé, lo malo ndoki,

Lugambé no quiere a nadie,

Lugambé mató a su madre,

Lugambé mató a su padre,

Lugambé no tiene amigo.

Lugambé es gangulero,

Lugambé, los malos palos,

Lugambé, pañuelo luto,

Lugambé son to’ lo indiambo,

Lugambé, ya son las horas,

Lugambé, mal rayo parta,

Lugambé, to’ tronco e’ ceiba,

Lugambé, to tata nfumbe.

Coro: ¡Lugambé, Lugambé!

¡Lugambé, Lugambé!


Guía: Yo no mete con nadie, mi mpangui,

Con mi nganga no se juega, mi mpangui.

Yo no mete con nadie, mi mpangui,

Y si se juega, con cuidado mi mpangui.

Coro: Yo no mete con nadie, mi mpangui.


Coro: La Dama de los Toros, 

Combita y Colorá.

Guía: Con Combita y Colorá, 

Combita y Colorá.

Ya mayimbe está volando,

Con Combita y Colorá.

Lo nfumbe está guerreando,

Con Combita y Colorá.

Ya lo ngango está ganando,

Con Combita y Colorá.

Masca Hierro y Escupe Sangre,

Con Combita y Colorá.

Coro: Tenguele María, Tenguele.

Guía: Tenguele María,

Tenguele así vamos.

Tenguele María,

Tenguele ya son las horas.

Tenguele María,

Tenguele por ti esperamos.

Tenguele María,

Tenguele a ti rogando.

Tenguele María,

Tenguele te estoy llamando.

Coro: Tenguele María, Tenguele.


Yo tengo un perro, se llama como quiera,

Se mete donde quiera y acaba con cualquiera.

Yo tengo un perro que come caña brava,

Que come caña brava, que come caña brava. 

Te apuesto manigüero, que como caña brava.

Te apuesto mi nfumbe, que como caña brava. 

Te apuesto mi caldera, que como caña brava. 

Entierra muerto y saca vivo, que como caña brava.

Abre nkuto Sarabanda, que como caña brava.


Coro: Centellita Ndoki, yo quiero ver,

Brilla mundo la tormenta, yo quiero ver.

Guía: Centellita Ndoki, yo quiero ver,

Cómo llega la montaña, yo quiero ver.

Coro: Centellita Ndoki, yo quiero ver,

Brilla mundo la tormenta, yo quiero ver.

Guía: Cómo llega la tormenta, yo quiero ver,

Cómo llega mi carire, yo quiero ver.

Coro: Centellita Ndoki, yo quiero ver,

Brilla mundo la tormenta, yo quiero ver.

Guía: Brilla mundo la tormenta, yo quiero ver,

Cómo llega con mi nganga, yo quiero ver.

Coro: Centellita Ndoki, yo quiero ver,

Brilla mundo la tormenta, yo quiero ver.


Para pactar con un nfumbe:


Yo baja a fondo pozo con una escalera

Yo sube arriba pozo con dos calavera

Yo busco mayombero que traiga calavera

Pa’ no pagar las deudas, pa’ pactar con calavera.


Guía: Ay, yo me llamo como quieras,

¿Pa’ qué tú me llamas?

Coro: A las 12 de la noche,

¿Pa’ qué tú me llamas?

Guía: Ay, yo no tengo amo,

¿Pa’ qué tú me llamas?

Coro: A las 12 de la noche,

¿Pa’ qué tú me llamas?

Guía: Yo ando buscando a un congo,

Que tenga 7 rayas.

Que sea como Francisca,

Francisca 7 sayas.

Coro: A las 12 de la noche,

¿Pa’ qué tú me llamas?


Guía: A wiri wiri wiri, a wiri wiri co,

Yo ando buscando un congo, que pueda más que yo.

Coro: A wiri wiri wiri, a wiri wiri co,

Yo ando buscando un congo, que pueda más que yo.


Guía: ¿Dónde está José? 

¿Dónde está Francisco?

¿Dónde están los congos?

Yo vine pa’ ver, no hay na’.

Coro: Yo vine pa’ ver, yo vine pa’ ver,

Yo vine pa’ ver un congo,

Yo vine pa’ ver, no hay na’.


Guía: Eh, caminando,

Caminando por ahí, por ahí pasó.

Por ahí pasó un congo,

Por ahí pasó mi congo,

Y nadie lo vió, ¡mi nganga!

Coro: Por ahí pasó, por ahí pasó,

Por ahí pasó mi congo,

Y nadie lo vió.


Para amarrar las 4 esquinas:


A ru rú, kanga nsila,

Como kanga la kanga la nsila.

A ru rú, kanga nsila,

Como kanga la kanga la nsila.


Para jalar o trabajar sobre la nganga:


Coro: Yambelé Mayoral, yambelé,

Yambelé Mayoral, yambelé.

Guía: Yambelé Mayoral, yambelé,

Yambelé Mayoral, yambelé.

Yambelé va llorar, yambelé,

Yambelé va llorar, yambelé.

Ya viene Mayoral, ya viene,

Ya viene Mayoral, ya viene.


Déjalo que venga gavilán, qué pecha conmigo,

Tú son gavilán, yo soy sinsonte.

Déjalo que venga gavilán, qué pecha conmigo.


Licencia agó, se va que kuenda Sambia mpungu

Sambia Liri, Sambia nsukururu

Sambia bilongo, 7 Rayos me cutare ndian 

Ndian kuenda salansanyo, mundo garabatea

Mumbara licencia mi tata, licencia to nfumbi

Licencia to ndiambe, licencia cuadrilla congo

Licencia Cuatro Vientos, licencia Tango

Licencia nsulu, licencia ntoto

Licencia Mamá Nsala, que va kuenda bajo ntoto

Nsala maleko, maleko nsala.


Guía: Chola Cholanwere, Chola ntoche ntoche.

Alamutanche Cholanwere, alagongué nao kinkele.

Tonche aweben Chola, vamo a bombi alabomeitón.

Tonche nkanu kimbangara, kimbangara mbonguere.

Coro: Oniseto moniseto.


Gan gan gan Baluande, to congo yero gan gan gan.

Guimbo kalunguera, nkele munanganga nkimbo.

Kalunguera simba muana, nsunsusu muana nganga.

Kualinkintaya Bobelende, Bobelende Bobelende.

Nlogue nlogue ¡aé!,

Kewande quiere Kalunga ye ye yé.

To mule uria nguimbo, kalunguera nguimbo.

Kalunguera Mamá Teté,

Uria niongue, nlongué nlongué.

Lunguan fula gangulé,

Aguelié su mare, pobrecito criollo. 


Temporal tumba palo, como no tumba ojo.

¡Eh, vamo allá!, Batalla sierite la loma.

No digo madiata guiawó, barikoso dayo lindero.

Cimbra Siguaraya, macreto bilongo.


Coro: Sala malekun, malekun sala.

Sala malekun, malekun sala.

Guía: Buenos días mi nganga,

Arranca que andamos mal.

Buenos días Sarabanda,

Arranca que andamos mal.

Buenos días mi Lucero,

Arranca que andamos mal.

Buenos días mi nfumbe,

Arranca que andamos mal.

Coro: Buenos días mi nganga,

Arranca que andamos mal.


Coro: Vamo a yimbular un poco, Mayimbula,

Vamo a yimbular un poco, Mayimbula.

Guía: Eh, Sarabanda está jugando, Mayimbula,

Masca Hierro escupe sangre, Mayimbula,

Sarabanda está en la loma, Mayimbula,

Eh, Verdugo Negro está en la loma, Mayimbula,

Eh, si tú sabes tú no vienes, Mayimbula,

Rayo parta a Vira Mundo, Mayimbula,

Eh, yo no creo en brujo malo, Mayimbula,

Rayo parta mi kindembo, Mayimbula,

Eh, Sarabanda está jugando, Mayimbula,

Rayo parta mi enemigo, Mayimbula,

Coro: Vamo a yimbular un poco, Mayimbula,

Vamo a yimbular un poco, patí namá.


Garabato malongo 

Tú jala garabato, mi congo

Mi congo, mi congo, ¡siá!

Tú jala to lo bueno, mi congo

Mi congo, mi congo, ¡siá!

Tú jala lo nfumbe, mi congo 

Mi congo, mi congo, ¡siá!

Tú jala mucho simbo, mi congo 

Mi congo, mi congo, ¡siá!

Tú jala bueno lumbo, mi congo 

Mi congo, mi congo, ¡siá!

Tú jala la victoria, mi congo 

Mi congo, mi congo, ¡siá!


Coro: Yayando mi Severina, palo,

Yayando mi Severina, awé.

Guía: Oficio nganga cosa mala, Severina,

Yayando mi Severina, awé,

Oficio nganga va averiguando, batalla,

Yayando mi Severina, awé,

Oficio nganga va averiguando, cuatro nsila,

Yayando mi Severina, awé, 

Arriba truena bajo un puente, Severina,

Un palo yayando mi Severina, awé,

Entra palo, misma Severina en Campo Santo,

Yayando mi Severina, awé,

Ngangando nsila Severina, un palo,

Ngangando nsila Severina, awé,

Mal rayo parta oficio nganga, Severina,

Min yayando min Severina, awé,

Espina mala no me hinca, Severina,

Yayando mi Severina, awé,

Viento Malo no me lleva, Severina,

Viento Bueno me cutara, awé.

Coro: Yayando mi Severina, palo,

Yayando mi Severina, awé.


Coro: Mayombe yo Tata, Mayombe yo Tata.

Guía: Kimbisa yo Tata, Kimbisa yo Tata,

El brujo yo Tata, el brujo yo Tata,

Sarabandero yo Tata, sarabandero yo Tata,

Kalunga yo Tata, Kalunga yo Tata,

Makumba yo Tata, makumba yo Tata,

Con licencia to’ los nfumbe Tata,

Con licencia de mi Tata, Tata,

Eh, vititi yo Tata,

Vititi yo Tata,

Eh, Cosa Linda era igualito Tata,

Mayombe yo Tata.

Coro: Mayombe yo Tata, Mayombe yo Tata.


Coro: Aguara aguara andoya,

Aguara guara andoya.

Guía: Nguidoya, nguidoya.

Coro: Aguara guindo, aguara guindoya.

Guía: Aguara guinde, aguara guindoya,

Ya son las horas, guindo aguara guindoya,

Aguara guindoya, aguara guindoya,

Aguara nfumbe, aguara guindoya,

Aguara Centella, aguara guindoya,

Aguara guindoya, aguara guindoya.


Mambos para trabajar bueno, de protección y abrir caminos:


Guía: Dale la vuelta a la casa,

Dale la vuelta a lo barracón.

Coro: Dale la vuelta a la casa,

Dale la vuelta a lo barracón.

Guía: Dale la vuelta a la casa, y cuida todito aquí.

Dale la vuelta a la casa, aleja los malo aquí.

Dale la vuelta a la casa, aparta los indiambo aquí.

Dale la vuelta a la casa, saca los ndoki aquí.

Coro: Dale la vuelta a la casa,

Dale la vuelta a lo barracón.


Coro: Abre camino pa’ Mayombe,

Abre camino pa’ Mayombe, mi nganga.

Guía: Abre camino pa’ Mayombe, Lucero,

Abre camino a Sarabanda, Mayombe.

Abre camino a los nfumbe, Lucero,

Abre camino pa’ lo bueno, Lucero.

Coro: Abre camino pa Mayombe.

Abre camino pa’ Mayombe, mi nganga.


Tiembla la tierra, tiembla

¿Paqué me llamas?

Palo Monte lo más sublime,

Palo bueno ya son las horas.

Ya son las horas, sala maleco,

Sala maleco, maleco sala.

Estaba durmiendo y sentía run run,

Y era Tiembla Tierra que venía caminando. 

Estaba durmiendo y sentía run run,

Y era Tiembla Tierra que traía to lo bueno.

Estaba durmiendo y sentía run run, 

Y era Tiembla Tierra que venía con su nfumbe.

Estaba durmiendo y sentía run run, 

Y era Tiembla Tierra que venía así limpiando.

Estaba durmiendo y sentía run run,

Y era Tiembla Tierra que venía trabajando.


Mambos de consagración y rayamiento:


Guía: Nsala con tu zuala, nsala con tu zuala,

Yo me tapo con tu zuala, cubre nganga.

Coro: Cubre, cubre nganga, cubre.

Guía: Severina la conga, cubre nganga.

Coro: Cubre, cubre nganga, cubre.


Guía: Sarabanda en la loma, pajarito está volando.

Coro: Ten con ten.

Guía: Lucero talambera, Lucero vititeando.

Coro: Ten con ten.


Guía: Campana la Luisa se rompió,

Yo mandó mi nganga a componer.

Patika y Florida dime adiós,

Donde vive mi nganga vivo yo.

Coro: Donde vive mi nganga vivo yo.


Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Son las hora.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Jura menga.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Jura mpaka.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Jura en Palo.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

G: Jura nfumbi.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Maquinita.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Jura mbele.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Lucecita.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Jura nganga.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: Jura Nkisi.

Coro: Lliguí lliguí, máquina vapó.

Guía: ¡Mambe!

Coro: Dios.

Guía: ¡Mambe!

Coro: Dios.


Muere uno, nacen dos,

Arriba nganga.

Y hoy aquí, mañana por allá,

Mañana por allá, mañana por allá.

Muere uno, nacen dos,

Arriba nganga.


Guía: Jura Nsambi, jura Mambi,

¡Jura jura!

Coro: Jura Nsambi, jura Mambi,

¡Jura jura!


Coro: Yagando cuero, yagando voy.

Guía: Yagando cuero, yagando voy

Yagando cuero, yagando voy

Rayando cuero, rayando voy

Rajando cuero, rajando voy

Yagando cuero, yagando voy.

Coro: Yagando cuero, yagando voy.


Coro: Guindo guindo, nomá,

Men va llevá, men va llevá.

Guía: A nfinda Kalunga,

Men va llevá, men va llevá.

El día que yo tercie,

Men va llevá, men va llevá.

El día que yo nfiure,

Men va llevá, men va llevá,

A Campo Nfinda,

Men va llevá, men va llevá.

Oye guindo, uria buena,

Te va llevá, te va llevá.

Guindo guindo, nomá,

Men va llevá, men va llevá.

El día que no cumpla,

Men va llevá, men va llevá.

El día que yo falle,

Men va llevá, men va llevá,

A Casa Grande,

Men va llevá, men va llevá.

Coro: Guindo guindo, nomá,

Men va llevá, men va llevá.


Mambos para llamar a los “perros de prenda” o incitar el estado de trance:


Cimbra yaya ngó, ta zimbirikú,

Mira que palo más bonito, pa’ limonar.


Guía: Como loro-caimán, Sarabanda en la loma.

Suelta perro en la sabana, Oyaya kanawan.

Taco sincero da con él, con su puya de acero.

Coro: Con su puya de acero, da con él.


Guía: Mayimbe saca un po, kimbulando mayimbe.

Mayimbe pone léle en cueva, como siempre.

Yo averiguando kinani, como siempre.

¿Qué pititi kuenda munanso mayimbe?

Coro: Kimbulando mayimbe, como siempre.


Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.

Guía: Los perros ya están llegando, Sarabanda,

Los perros ya están llegando.

Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.

Guía: Los perros ya están llegando, palo duro,

Los perros ya están llegando. 

Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.

Guía: Los perros están llegando, mayombero,

Los perros ya están llegando. 

Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.

Guía: Los perros están llegando, kimbisero,

Los perros ya están llegando. 

Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.

Guía: Los perros están llegando, mi Lucero,

Los perros están llegando.

Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.

Guía: Los perros están llegando, Mala Cara,

Los perros están llegando.

Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.

Guía: Los perros están llegando, Cosa Buena,

Los perros están llegando. 

Coro: Abre la puerta nganga,

Que los perros vienen llegando.


Viene que viene,

Viene que viene, simbrao te llama

Viene viene, que simbrao te espera

Viene que viene, tumbando Carile

Ngangulero que ya son las horas

Tiene que venir, simbrao te llama

Tiene que venir, simbrao te espera

Viene que viene, simbrao te llama

Viene que viene, simbrao te espera.


Coro: Nfumbe, nfumbe nfuiri monta,

Ta’ nfumbe, malembe nfumbe monta.

Guía: Nfumbe, nfumbe nfuiri monta,

Ta’ nfumbe, malembe nfumbe monta.

Coro: Nganga, nfumbe nfuiri monta,

Ta’ nfumbe, malembe nfumbe monta.


Mambos para consultar con chamalongos o con la mpaka vititi mensu:


Buen Nsasi kiname tuto

Yeto kueto chamalongo.


A puente kanima lango se llevó

A puente kanima yo ta averiguando.


Glin glin glin, Chamalongo 

Glin glin glin, ya son las horas

Glin glin glin, Chamalongo

Glin glin glin, trae lo bueno

Glin glin glin, Chamalongo 

Glin glin glin, aleja malo.


Divina bien mi cororao

Carabalí con ojo cororao 

Veré quen veré, quen verén yo, quen veré

Veré quen veré, quen verén yo, quen veré.


Mambos para fundamentar prendas:


Guía: Oh si, oh si, Nganga,

Oh si, oh si, Palo Monte.

Si diablo toca con demonio,

¿Quién cierra la puerta?

Coro: Oh si, oh si, Nganga.


Guía: Ngurufinda tu sube arroyo,

Averiguando ¿porqué?

Ngurufinda tu sube arroyo,

Camino sabanilla se está quemando.

Coro: Se está quemando, se está quemando.


Guía: Sube loma Lamiré, con dos yaya 

Hay un palo que te sigue, ¿qué palo es?

Yo sube loma Lamiré, con dos yaya 

Hay un bejuco que te enreda, ¿qué bejuco es?

¿Dónde kuenda Lamiré?

Lamiré kuenda en sabanilla.

Coro: Se está quemando, se está quemando.


Yo mismo cheche, que kuenda ntoto

Tú kuenda la finda, tú kuenda carabasa 

Ndoki que yo mboba, tú mismo son mi pare

Ndoki que yo mboba, tú mismo son mi mare

Tú mismo son to lankan, Mo Ko jumansen kiyumba. 


Súbelo súbelo, mi nganga súbelo

Súbelo súbelo, que con nganga aprende

Súbelo súbelo, que lo nganga sabe

Súbelo súbelo, que lo nganga puede

Súbelo súbelo, que lo nganga bueno

Súbelo súbelo, con to la fuerza 

Súbelo súbelo, que yo te manda

Súbelo súbelo, lo nfumbe súbelo.


Coro: Treinta y dos hacheros pa’ un palo,

Treinta y dos hacheros pa’ un palo.

Guía: Prenda suena bajo un conde,

Hacheros pa’ un palo.

Corta caña la colonia,

Hacheros pa’ un palo.

Sambia mpungu me cutara,

Hacheros pa’ un palo.

Vaya allá mi nfumbe,

Hacheros pa’ un palo.


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miércoles, 11 de agosto de 2021

Los Orígenes Ancestrales Del Palo Monte. Un viaje desde el reino del Manikongo hasta los montes de Cuba


 Huyendo de las guerras de expansión de los hamitas, numerosos pueblos bantúes emigraron desde los grandes lagos del este de Africa ecuatorial hacia las sabanas y bosques tropicales de los ríos Congo, Cunene, Cubango, Chobe y Kasai entre finales del siglo XIII y principios del XIV. Entre esos pueblos estaban algunos de nuestros ancestros africanos, que se radicaron en la región costera de lo que hoy es Angola y en parte de los actuales territorios de Zaire, Cabinda y el Congo. Con el tiempo, esas comunidades se fundieron en una sola, conocida como el reino del Manikongo.

 La tradición oral de los bakongos -nombre genérico de los bantúes que se asentaron en esa zona- cuenta diferentes historias acerca de la constitución de su reino. Una de ellas afirma que nueve de los sobrinos del Manikongo -máxima autoridad o rey- abandonaron el clan de su tío y cruzaron el río Zaire para asentarse en tierras ribereñas, fundando los nueve clanes descendientes directos del monarca. Otra, en cambio, dice que Mtinu Wene, el primer Manikongo, después de mucho guerrear, logró asentarse al sur del río Congo y distribuyó las tierras conquistadas entre sus nueve principales generales. A partir de ese momento, el nueve se convirtió en un número sagrado para los bakongos.

 

Durante el juramento de lealtad al Manikongo, los nueve jefes se expresaron así: 

 

1- Yo soy Ndumbu A Nzinga, planta trepadora que se enrolla en espiral. Mis ramas se anudan alrededor de todo el país.

 

2- Yo soy Manianga, el que está sentado. Me siento en la silla y en la estera. Yo he hecho nacer a los mbembas y a los Nlazas.

 

3- Yo soy Nanga, el cojo, pero voy muy lejos. Las piedras de mi estufa son cabezas de hombres. Mi cuchara de comer es la costilla de un gran pez.

 

4- Yo soy Mankunku, el guerrero que lo derrumba todo a su paso. Yo vencí a los ndembos, los tambores de los más poderosos. Que nadie venga a molestarme ni con el timbal ngongie ni con el tambor ngoma.

 

5- Yo soy Ngimbi, el que hace crecer con abundancia todo lo que nutre y alimenta. Los madiadias o falsas cañas de azúcar que se cortan por la mañana, al mediodía nuevamente se mecen al sol.

 

6- Yo soy Mbenza, aquél que rompe, corta y atraviesa. No corto las cabezas de los ratones, sino las de los hombres.

 

7- Yo soy Mpudi A Zinga, un gran pez y además un halcón que, pese al fuego, caza por encima de la hierba en llamas.

 

8- Yo soy Mboma Ndongo, la gran serpiente que deja huellas a su paso. Se arrastra por todo el Congo, por Loango. Madre que hace bien a todos los clanes.

 

9- Yo soy Mabaka, el que reparte las tierras, pero las leyes de esas tierras quedan en mis manos, en mi poder.

 

Los habitantes del reino del Manikongo llegaron a ser unos dos millones y medio antes de la llegada de los portugueses en 1482. Los hombres eran formidables herreros, cazadores y guerreros. Las mujeres se dedicaban a la agricultura. Lo que encontró Diego Cao -el gran navegante y descubridor portugués- al desembarcar en esas tierras fue descrito, no sin cierta admiración y sorpresa, como un reino grande y poderoso, muy poblado y con muchos vasallos.

 

Pese a la centralización del poder en la figura del Manikongo, ese reino poderoso preservaba numerosos rasgos de la sociedad matriarcal tanto en su ordenamiento social como en sus creencias; basados ambos en el sistema de mbila o kanda; términos sinónimos que pueden ser traducidos como la ley del clan.

 

Un niño pertenece al clan de su madre quien, a su vez, pertenece al de su tío materno. Es un conjunto orgánico y místico de todos cuantos han sido paridos por mujer incluyendo, naturalmente a los ancestros, cuyos nombres llevan los diferentes clanes. Los ancestros eran, en ese contexto, la clase, por así llamarla, preponderante. Eran los maestros dotados de un poder sobrehumano; eran los verdaderos propietarios de la tierra, de la cual sus descendientes son los usufructuarios.

 

Los habitantes de las tierras ancestrales ocupaban el segundo peldaño de la escala social. El clan, que en puridad ya había dejado de ser tal, puesto que estaba subordinado a un poder central, ocupaba muchas aldeas según las líneas de descendencia que se hubieran constituido a través de los tiempos. La jefatura de cada aldea pertenecía por derecho de herencia al descendiente más directo de la primera mujer de la primera línea. Ese jefe era también el sacerdote principal del culto a los antepasados, de cuya estricta observancia dependía la prosperidad del clan y sus miembros. Él era, pues, el heredero y representante de los ancestros en la tierra y, a la inversa, era también el representante de los miembros del clan ante los antepasados.

 

Este culto, sin embargo, está cimentado en la autoridad que se adjudicaba al padre con respecto a sus hijos, a los cuales no gobernaba, a diferencia de la madre, pero de cuyo respeto vitalicio era acreedor por el solo hecho de haber contribuido a su concepción. La autoridad paterna sobrevivía al padre fallecido. Y sus hijos le rendían tributo después de muerto, de la misma manera que reverenciaban a los ancestros, de los cuales el padre pasaba a formar parte al morir.

 

La existencia de un poder político central se reflejó más en la jerarquización de la divinidad y sus características funcionales, que en el ordenamiento social dentro de sus clanes. Y aunque la descripción y análisis de esa divinidad han llegado a nosotros por medio de los misioneros que intentaron la catequización de los bakongos; con la inevitable identificación de una deidad única con el Dios de la Iglesia Católica; lo que resulta incuestionable es que los bakongos si tenían una deidad única: Nsambi, que puede equipararse con el Supremo Hacedor de los cristianos. 

 

Para los bakongos, Nsambi creó el cielo y todos los astros, y también a la primera pareja humana, de la cual desciende la humanidad entera. Nsambi interviene en la creación de cada individuo. Cuando un niño esta a punto de nacer, el alma material entra por una de sus orejas, indicando que ha ocurrido el nacimiento “verdadero”. Al morir el hombre, el alma material regresa a Nsambi. Nsambi dispone de la vida y la muerte de todo lo existente, y castiga a los transgresores de sus leyes. Entre éstas, la principal es el respeto a los padres. Nsambi es veraz y omnisciente, está en todas partes, pero no se le representa en cosa material alguna, ni siquiera en imágenes.

 

Nsambi es más grande y poderoso que todas las demás categorías de espíritus de los muertos, entre las que destacan los Nkisi; especialmente Funza, el nkisi creador del feto en la matriz y Bunzi, dios tutelar del clan, de cuyo bienestar y felicidad es responsable. Los ancianos consideraban a Nsambi el dueño de todo y de todos; sin embargo éste no se muestra a los vivos. Habita en el cielo y no baja a la Tierra, pero lo ve todo. Las líneas de la palma de la mano y los profundos surcos de la columna vertebral se conocen como la escritura de Nsambi y también como sus caminos, por los cuales penetra al cuerpo de los hombres. Pero como Nsambi dejó que la muerte reinara sobre la humanidad, su figura no es objeto de culto. Puesto que no se le puede conmover con ruegos, arrepentimientos u ofrendas, ocupa un lugar secundario en la imaginación popular.

 

Algunos mitos narran que el hombre y la mujer fueron creados en el cielo y bajados a la Tierra por un hilo de araña, y que una persona llamada Tuka Zulu -el que vino del cielo- visitaba la Tierra cabalgando sobre un relámpago en calidad de enviado de Nsambi, para curar a los enfermos y resucitar a los muertos. Tuka Zulu se convirtió mas tarde en Mukulu o Nkulu, el ancestro de la humanidad, que también trajo semillas de todas las plantas útiles y enseñó a los hombres todos los usos y costumbres, incluso las fúnebres.

 

Todos los elementos de la naturaleza, incluyendo a sus espíritus, y cuyo conocimiento heredaron de Mukulu, eran sagrados para los bakongos. Las plantas que les sirvieron de sustento, cobijo y medicina; los animales de pelo y pluma que cazaban; las aguas que calmaron su sed y aliviaron su cansancio; y la tierra que contenía las plantas y las aguas benefactoras y que, al término del largo trayecto, fue sembrada y rindió sus frutos; eran reverenciadas como una extensión divina de Nsambi. De ahí que las creencias venidas a Cuba desde el reino del Manikongo giren alrededor de esos elementos. 

 

Los astros y fenómenos de la naturaleza también poseen poderes y atributos propios. El remolino, por ejemplo, tiene poderes semejantes a los de los nkisi que traen la desgracia y la desolación, quienes se trasladan de un sitio a otro valiéndose de los tornados y tormentas. El cielo es el dueño de la lluvia; la produce y la retiene, y de esa forma gobierna a los seres humanos, porque de ella depende el sustento y la buena salud de éstos. El rayo es sagrado y sirve para castigar las transgresiones humanas.

 

 Cada estrella está asociada a una actividad humana particular y los cometas predicen sequías prolongadas y grandes hambrunas. La luna, y no el sol, es para los bakongos el más notable de los cuerpos celestes. Cuando hay luna nueva, la tierra tiembla porque ella se lleva las almas de las personas y los animales para ganar fuerza y “llenarse”. Para ellos la luna es masculina. Su esposa es, según la región de que se trate, el lucero de la tarde o la estrella de la mañana. El sol, en cambio, es una mujer muy trabajadora que descansa poco. Él y la luna están en constante conflicto. Si la luna prevaleciera, el mundo languidecería hasta extinguirse bajo su hechizo. El día en que choquen, la humanidad perecerá. 

 

El río Congo es muy respetado por su inmenso poder sobre la vida de los hombres. Los ancianos cuentan que en los viejos tiempos el río era un ser viviente que podía castigar crímenes y leer los secretos del corazón. Por eso, antes de cruzarlo, se le hacían oraciones y ruegos.

 

Es comprensible, pues, que la base de las Reglas de Palo Monte sean los Nkisi o espíritus de la naturaleza y de los ancestros, contenidos en los recipientes mágicos llamados fundamentos o prendas. Estos receptáculos de formas diversas contienen un universo en miniatura, tal y como lo perciben los paleros, herederos del conocimiento bantú. Las prendas encierran aguas, hojas, hierbas, piedras y tierras tomadas de distintos sitios; dientes, picos, garras de variados animales, junto con pequeños fragmentos de sus huesos o de un ser humano cuyo espíritu pasa a vivir en ese Nkisi o fundamento. Este puede ser físicamente una calabaza, un atado de corteza de árbol o de tela basta, un caldero de hierro o de barro y hasta un caracol. En ocasiones son también unas esculturas de madera y arcilla que representan figuras humanas, a las que se fija un espíritu con resina y bilongo -medicina, magia-, llamadas Nkuyos.

 

Un Nkisi o prenda es un objeto artificial habitado o influenciado por un espíritu y dotado por él de poder sobrehumano. Por espíritu se debe entender, en este caso, no un alma descarnada, sino el alma de un difunto que ha tomado, por voluntad propia, después de su muerte, un cuerpo adaptado a su nuevo modo de "ser”.

 

De ahí que el término Nkisi designe tanto al espíritu como al objeto material que le da cuerpo y le permite “ser” pese a estar muerto, y que puede ser dominado por una persona viva. Ese objeto o receptáculo es compuesto o fabricado por un Nganga, la persona intermediaria entre los vivos y los muertos. Todo hombre o mujer que posea un Nkisi es, por tanto, su Nganga.

 

Cuenta la leyenda que el primer Nkisi fue compuesto por Mukulu, el primer ancestro que descendió del cielo y enseñó a los hombres cómo fabricar o componer un Nkisi. Los Nkisi tienen aliento, pero no igual que las personas. Escuchan al Nganga y hacen lo que éste les ordena. La vida del Nkisi no termina, sino que se transmite para formar una especie de linaje. Según la tradición popular congolesa, el primer Nkisi fue hecho en el agua, origen de todos los seres vivientes, e inauguró el linaje de Nkosi, el destructor. Después se compusieron los Nkisi del linaje de Kyere, la alegría. Así, de cada Nkisi pueden “nacer” tantos otros como estime su Nganga, pero cada uno de ellos debe ser igual al primero, cuyo nombre adoptan. El Nganga es también quien transmite el arte de componer un Nkisi a los novicios y les enseña sus propiedades, manejos y tabúes.

 

El hombre es considerado como un ser dual por los bakongos, compuesto por una entidad exterior: el cuerpo físico que se entierra y se descompone, y una entidad interna que constituye la esencia misma del ser humano. Esta, a su vez, está compuesta por dos entidades separadas: la Nsala y el Mwela.

 

Nsala es la parte del hombre que no es visible en el cuerpo exterior; es su alma o mejor, la esencia de la vida. Es considerada como un ser viviente que actúa como la adivina del hombre, al cual puede abandonar momentáneamente para vagar por el mundo y conocer los acontecimientos que afectarán a su dueño en el futuro. Para los Ngangas, la Nsala es visible en forma de kini -que significa sombra-. De ahí que a los nkuyos o muñecos mágicos se les llame en Cuba Kini Kini -sombra sombra-, en referencia a que los Nkisi o esencias espirituales que contienen se mueven por el mundo como sombras vertiginosas. Igual que el cuerpo físico tiene su sombra, el alma o espíritu también tiene la suya. La Nsala no abandona el cuerpo físico hasta que el hombre se muere y la sombra se separa de él. 

 

En cambio, Mwela es el aliento divino que permite a las personas respirar y vivir; concepto similar al Prana del hinduismo. Si el Mwela abandona el cuerpo, el hombre muere. Este aliento mágico puede posesionarse de cualquier animal. Para prolongar la vida de un ser humano, se mezclan unas gotas de su sangre con las de un animal determinado para que ambos compartan el mismo aliento y la vida se prolongue. Cuando el hombre muere, su aliento se va a Kalunga, el mundo de los muertos.

 

En la tierra de los muertos la vida continúa de manera semejante a la vida terrenal, si bien carente de penas y enfermedades. La muerte, dicen los bakongos, sólo ocurre una vez y es como una recompensa. Los habitantes de Kalunga generalmente están divididos en dos grandes grupos: los Nkuyu -llamados Nfumbes en Cuba- y los Nyumba -llamados Nfuiris en Cuba-; divididos a su vez en numerosos subgrupos con variadas y complejas funciones que sería muy largo explicar aquí. Nkuyu o Nfumbe significa espectro, visión y también cambio, transformación. No tienen los Nkuyu un Iugar definido en el mundo de los muertos, sino que andan errantes en el mundo de los vivos y son susceptibles de ser capturados por un Nganga. Por el contrario, los Nyumba o Nfuiris son aquéllos espíritus que no se transforman en espectros. Es decir, que no adquieren una apariencia diferente a la que tuvieron en la vida, porque no deben pagar por hechos censurables, y por eso pueden mezclarse con los vivos y pasar desapercibidos.

 

También existen los Simbi, a los que a menudo se les confunde con los espíritus de los muertos, aunque para nada se parecen a éstos. Los Simbi se manifiestan en torrentes o inundaciones súbitas que arrasan con chozas y cosechas. Un Simbi no puede ser capturado y encerrado en una prenda, sino tras muchas dificultades y peligros. Alguien que, a riesgo de su vida y su cordura, capture a un Simbi se convierte automáticamente en Nganga, sin necesitar de otra iniciación. Estos espíritus habitan en apartadas lagunas, pozos y ojos de agua, que tienen la reputación de ser lugares muy peligrosos para quienes se acerquen a ellas.

 

Los Karires son algunas de las figuras más misteriosas de la mitología de los bakongos. Nkadi Mpemba, Ndoki, Lukankasi y Lugambé son los Karires más conocidos en Cuba, pero en el reino del Manikongo se contaban por cientos.

Los misioneros europeos los equipararon en sus crónicas, por su enorme y terrible poderío, con las huestes de Satanás; aunque en realidad estas entidades son muchísimo más antiguas que los demonios de la tradición judeocristiana y, por tanto, de la concepción del Bien y el Mal. De hecho, los Karires fueron los primeros seres que creó Nsambi, arrancándose trozos de su propio cuerpo, para que le hicieran compañía en su infinita soledad y le ayudaran a dar forma al universo. A ellos encargó crear las estrellas para iluminar su Gran Obra, fundiendo con su fuego divino el plasma original hasta lograr las sustancias y elementos de que están hechos todos los astros y galaxias.

 

En algunas zonas del reino del Manikongo se le llamaba Ndoki, no a un espectro o espíritu, sino a un poder, a una fuerza mágica, transmisible por consanguinidad, que permitía a quienes la poseyeran o recibieran dominar a los espíritus de los muertos sin precisar objeto mágico alguno. Las personas que detentaban este poder eran también llamadas Ndokis; que significa hijos del Karire Ndoki. De ellas se decía que tenían la facultad de convertirse en animales de conocida ferocidad: cocodrilos, leopardos o serpientes de gran tamaño, y también en ciertas aves, cómo lechuzas, búhos y auras tiñosas.

 

La presencia en las Américas de un crecido número de esclavos pertenecientes a los diversos clanes bakongos bajo la égida del Manikongo, se debe a un cúmulo de circunstancias, entre las cuales no fue la de menor importancia la rápida catequización del Manikongo de la época, bautizado como Alfonso apenas nueve años después de la llegada de Diego Cao a la zona. Accedería al trono con el nombre de Alfonso I en 1507, ocupándolo ininterrumpidamente hasta su muerte en 1543. Fue él quien estableció las primeras relaciones con los portugueses, cuyas costumbres adoptó, y quien les suministró los primeros esclavos con destino a la colonia de Brasil. Pero cuando las exigencias de mano de obra para esa posesión portuguesa crecieron, como para que resultara imposible satisfacerlas por otra vía que no fuera la guerra, Alfonso I y sus sucesores no estuvieron dispuestos a ello. En 1575 al Congo llegó Paulo Dias de Novais, inaugurando una nueva era en las relaciones de Portugal con el reino del Manikongo. Dias plantó su cuartel general al sur del río Congo e inició la guerra de conquista contra los bakongos de Ngola, entrenando al propio tiempo a bandas de nativos para la captura de prisioneros de guerra, embarcados después como esclavos, y para la expansión de las fronteras coloniales.

 

Para 1591, el dominio efectivo del Manikongo se había reducido a seis provincias: Bamba, Sonho, Naundi, Pango, Bata y Pemba. Casi setenta años resistió el reino del Manikongo las depredaciones portuguesas y los conflictos internos que la expansión colonial trajo consigo antes de decidirse a presentar batalla. Los resultados fueron desastrosos. La unidad del reino se resquebrajó con enorme rapidez y para fines del siglo XVIII el dominio del Manikongo sólo alcanzaba unas pocas aldeas en la periferia de Mbanzakongo. Demasiado cercano al ojo de la tormenta colonial, el reino del Manikongo fue devastado por ella.

 

No fue exclusivamente a Brasil adonde fueron a parar los bakongos capturados en el reino del Manikongo. También arribaron, entre otras islas del Caribe, a Cuba, transportados a la fuerza en los navíos de empresas europeas, que fueron las encargadas de este infame comercio trasatlántico entre los siglos XVI y XIX.

 

Para finales del siglo XVI, la población negra en Cuba era mayoritaria. Los cronistas de la época calculaban que un 60 % de la población total, la cual fluctuaba entre los 15.000 y los 20.000 habitantes, estaba constituida por africanos traídos a la Isla en calidad de esclavos y sus descendientes criollos. Entre los esclavos vendidos en el mercado cubano muchos fueron identificados como congos, cabindas y ngolas. 

 

Desembarcados en diferentes puntos de Cuba, cientos de bakongos fueron destinados a plantaciones de caña, café y tabaco esparcidas por toda la isla. Fueron ellos los que compusieron, en honor a los nueve reinos sagrados del reino del Manikongo, los primeros nueve Nkisi de Cuba, de los cuales nacieron otros muchos. Estos, a su vez, procrearon los que, junto con aquellas prendas originales, llegarían a ser los fundamentos de las Reglas de Palo Monte en Cuba. Dos de ellas fueron hechas en Pinar del Río; una en La Habana; dos en Matanzas; una en Santa Clara; otra en Camagüey; y otras dos en Oriente.

 

Nómbrense las de Pinar del Río, Ndumbo A Nzinga y Mananga. Ndumbo A Nzinga fue compuesta a finales del siglo XIX y pertenecía a Saturnino Gómez, descendiente libre de algún esclavo de la dotación del ingenio Santa Teresa, en Bahía Honda. Con el tiempo el nombre de esta prenda devino en Ngundu Batalla Sácara Empeño.

 

El Nkisi Mananga servía a los esclavos congos que escapaban de la hacienda Candelaria de don Francisco Javier Pedroso, alrededor de 1806. La hacienda lindaba con la Sierra del Cuzco y en sus terrenos, donde hoy se ubica el pueblo de Candelaria, está la loma de Juan Ganga, famoso cimarrón que montó la prenda. Esta recibió el nombre de Manawanga o Mariwanga; que se corresponde con la orisha yoruba Oyá, dueña de centellas y remolinos e identificada con la Virgen de la Candelaria.

 

Mboma Ndongo fue el Nkisi compuesto por los bakongos en La Habana, por el año 1812, en el antiguo caserío de Guanabo, en Guanabacoa. En esa localidad de la provincia habanera ocurrió un importante levantamiento de esclavos congos y yorubas de la dotación del ingenio Peñas Altas. Casi todos los insumisos fueron masacrados por el mayoral Antonio Orihuela. El reducido grupo de sobrevivientes pudo escapar llevándose la krillumba de una de sus compañeras asesinadas llamada Regla Ngola. En lengua, Mboma es la Virgen de Regla.

 

Los Nkisi Nanga y Mankunku fueron compuestos en la provincia de Matanzas. Nanga recibió el nombre de Mundo Catalina, Manga o Nanga Nsaya. Su dueña era la familia de los Melgarez, que radicara, a finales del siglo XIX, junto a la laguna sagrada de San Agustín de Ibáñez en Pedro Betancourt. Fue montada por esclavos del ingenio Diana Soler, propiedad del potentado español Juan Soler. El ingenio fue quemado poco después. Mankunku se convirtió en Mayimbe Nkunku Sácara Empeño, y procede de las lomas de Quimbámbilas, en Perico. Fue fundamentada por cimarrones huidos del ingenio Tinguaro en esa jurisdicción. De esta prenda, famosa por su movilidad, nacieron otras muchas que, a su vez, se propagaron por toda la Isla. Come gallo negro e hierbas en forma peculiar.

 

En Santa Clara los esclavos cimarrones del ingenio Buena Vista, propiedad de Justo Germán Cantero, prepararon una prenda con el nombre de Makaba, Mbumba Kuaba o Kaba. Esos cimarrones deambulaban por las montañas de Trinidad y las Alturas del Muerto, hasta el río Ay de los Negros, e identificaban su fundamento en la Osha con Yewá. Makaba era una prenda de extrema sensibilidad, hecha con la krillumba de una joven negra que fuera atacada y descuartizada por las jaurías de los rancheadores durante su fuga.

 

Ngumbi o Nkindi es oriunda de Camagüey, y encierra el espíritu de Ngumbi, nombrado en vida Ciriaco. Era éste un negro bozal cuyo cimarronaje tuvo como escenario la periferia del poblado camagüeyano de Santa Cruz del Sur. Los negros entrados por las costas de esa provincia aun después de suprimida la trata, pronto formaron grupos cimarrones los cuales, según las crónicas de la época, atacaron a santa Cruz varias veces en el año 1851, ocasionando pérdidas humanas y materiales nada desdeñables.

 

Las prendas de la antigua provincia de Oriente son particularmente interesantes. La que responde al nombre de Mbudi Yamboaki Nzinga fue preparada en el pueblo de Yara. La importancia histórica de esa localidad radica, entre otros hechos no menos trascendentes, en que allí se asentó el cacicazgo indio de Macaca, donde fue quemado vivo el indio Hatuey el 10 de octubre de 1513. El esclavo dueño de esa prenda era Baltasar Yamboaki, de quien se dice era así llamado porque su prenda contenía la krillumba de un Yambiaki, que en congo significa indio.


 En el punto conocido por Peralejo, situado entre Manzanillo y Bayamo se libró una de las más cruentas batallas de la guerra de 1895-1898. Allí fue emboscada por las fuerzas mambisas al mando de Antonio Maceo la columna del brigadier Fidel Alonso de Santocildes, quien escoltaba al general en jefe del ejército español en Cuba, Capitán General Arsenio Martínez Campos. Este logró a duras penas romper el cerco insurrecto y dirigirse hacia Bayamo, dejando pertrechos y heridos en poder de los mambises. Tuvieron muchas bajas, entre ellas el propio Santocildes, cuyas kriyumbas fueron recogidas por los mambises descendientes de congos y ngolas que blandieron sus machetes en esa batalla para fundamentar sus prendas, nombradas Mbenza Bana. 


Saludos a todos y que Nsambi acutare.