domingo, 29 de marzo de 2020

Protecciones Mágicas Contra El Coronavirus Y Otras Pandemias



El Coronavirus nos ha tomado por sorpresa y por su causa media humanidad se encuentra en cuarentena, miles han muerto en todo el mundo y millones de  personas viven día a día con miedo al contagio y a lo que les depara el futuro si se alarga la pandemia y pierden sus trabajos y negocios. Muchas personas me escriben contándome sus cuitas y preguntando por remedios o protecciones contra el COVID-19, por lo que dedicaré este post al tema de las enfermedades contagiosas en relación a los cultos mágicos afrocubanos.

Ante todo que no cunda el pánico. El mundo no se está acabando y el Coronavirus no es la primera plaga que azota al orbe; ni siquiera es una de las más peligrosas. Se estima que a lo largo de la historia la Viruela ha matado a 300 millones de personas y el Sarampión a 200 millones. En la Edad Media la Peste Negra o Bubónica acabó con la vida de 75 millones de humanos y la llamada Gripe Española mató entre 50 y 100 millones de personas ( entre el 3 y el 6% de la población global de su tiempo ) entre 1918 y 1920, tras la Primera Guerra Mundial.

En Cuba, cuna de los cultos mágicos afroamerindios Palo Monte, Ocha y Abakuá, la Viruela diezmó la población de la isla en el siglo XVI, acabando con la mayoría de los indígenas Taínos, Siboneyes y Guanajatabeyes que aún la habitaban. Por esa razón se empezaron a importar esclavos africanos para encargarse del trabajo en los cañaverales y con ellos llegó la Fiebre Amarilla; que ya no paró de diezmar a la población cubana hasta 1901, cuando se erradica por completo gracias a la masiva vacunación de la cura creada por el médico cubano Carlos J. Finlay en 1881. 

Se cuenta que muchos de los soldados ingleses que tomaron La Habana en 1762 cayeron muertos, no en batalla con los españoles, sino con los gérmenes de la Fiebre Amarilla ( también conocida como Vómito Negro, Tifus o Ictericia ) , y que, por esa entre otras razones, acabaron cambiándosela a España por La Florida; quizás porque sus enormes pantanos no eran tan infecciosos como la pequeña ciudad costera. Tengan en cuenta que La Habana en esa época no era más que un puerto con una fortaleza y un puñado de viviendas y comercios a su alrededor. Las vías no estaban adoquinadas todavía, ni existía servicio de recogida de basura y las calles estaban llenas de inmundicias, hedor y mosquitos; foco perfecto para cualquiera de las epidemias que portaban los esclavos y los marinos de todas partes del mundo que desembarcaban en la bahía de La Habana; que ya entonces se le consideraba una de las más contaminadas del globo.

Sin embargo, los esclavos apenas sufrían la enfermedad que portaban y contagiaban a los blancos en Cuba. La Fiebre Amarilla, al igual que otras enfermedades, llevaba tanto tiempo actuando en Africa, que sus nativos habían desarrollado inmunidad o alta tolerancia a la misma. Mientras los españoles y criollos caían como moscas por las fiebres y vómitos nauseabundos, para ellos era una simple gripe pasajera. Físicamente hablando, los africanos eran más sanos y fuertes que europeos, indígenas y criollos; por eso no ha de extrañar que entre las familias nobles y ricas cubanas se hiciera costumbre usar nodrizas africanas para alimentar a sus críos. 

Aunque en esa época no se conocían las bacterias ni otras formas de vida microscópicas, ni se sabía que eran la causa de todas las epidemias, la gente creía que los africanos eran más saludables; pese a todas las desgracias de la esclavitud; debido a su profundo conocimiento de la magia y a la protección de sus espíritus. Por eso dejaban que las negras amamantaran a sus hijos; no solo para que crecieran más fuertes e inmunes a las enfermedades, como los esclavos; sino también para que heredaran de ellas algo de su poder mágico o espiritual, que les protegiera a lo largo de la vida.

Muchos de esos señoritos blancos que mamaron de negras tetas en su infancia, se iniciaron en Abakuá y Palo Monte cuando fueron adultos. Educados en los mejores colegios de Cuba, Europa y Estados Unidos, estos criollos ricos respetaban la magia y les interesaba tanto como las ciencias modernas. Para ellos ambas disciplinas no eran excluyentes entre sí, sino más bien complementarias, como las dos caras de una moneda. Creían firmemente -y yo también- que la ciencia moderna es la punta del iceberg del conocimiento; lo que se ve y se sabe a ciencia cierta; mientras que la magia es la montaña de misterios ocultos que aún no dominamos. Allí donde la ciencia no llega aún, la magia reina hace milenios, y de esa herencia inesperada que nos legaron los esclavos; de ese linaje de cientos de generaciones de brujos africanos al que pertenecemos tantos cubanos; se puede extraer mucha sabiduría y resolver cuestiones prácticas todavía insolubles para la ciencia, como la protección espiritual contra epidemias contagiosas y otras enfermedades.

A finales del siglo XIX y principios del XX; cuando se abolió la esclavitud y los negros empezaron a vivir en las ciudades y poblaciones, la guerra de independencia había dejado arruinado el país y a millones de gente en la miseria, y la Fiebre Amarilla campaba a sus anchas por toda la isla, cobrándose un saldo de miles y miles de vida. Por esa época se popularizó en La Habana un Nchila ( amuleto, resguardo o talimán ) que preparaban los Tatas ( sacerdotes de Palo Monte ) para proteger a sus ahijados y clientes de la terrible epidemia. A continuación reproduzco parte de su tratado:

Nchila Gunseto ( corazón bendecido ) de Kobayende: Resguardo o amuleto de salud, que se monta por camino del nsambe de la persona que lo usará según tratado de Kobayende; el mpungu que rige las enfermedades contagiosas y los hospitales. Se carga en punta de cuerno o makuto de saco o arcilla blanca sobre la patipemba o firma mágica de esta obra, trazada con yeso en el suelo, frente al fundamento de Kobayende y a la nganga principal. En su interior lleva los datos de la persona escritos 3 veces en papel de estraza, que se dobla tres veces formando un pequeño triángulo; limallas de hierro y oro o plata, mpolos o polvos de Álamo y Quita Maldición ( quitar maldiciones y alejar a la muerte ), Amansa Guapo ( tos, pulmones, problemas respiratorios ), Palo Blanco ( defensa contra enfermedades ), Palo Caballero ( protección y Salud ), Palo Caja, Guayacán, Jiquí, Mangle Rojo, Rompe Hueso, Palo Santo, Palo Verraco, Paraíso y Escoba Amarga ( protección y curaciones ); rastro de 3 hospitales, 3 iglesias, cementerio, fondo marino, fondo de río, monte, hueso de nfumbe, culebra, majá, maíz tostado, cuarzo y azogue.

Se sella con cera virgen derretida y se consagra en mamba ( agua mezclada con yerbas y flores troceadas a mano y otras sustancias ) de 7 yerbas de Kobayende, flores blancas de 4 clases diferentes, agua de lluvia, agua de río, agua de pozo, agua de Florida o de rosas, agua bendita, aguardiente de caña, vino tinto y vino seco en una güira mediana sobre la firma. Después se saca el agua de la güira y se deja el nchila húmedo; sobre el cual se vierte parte de la menga ( sangre ) de los animales sacrificados y el resto se reparte entre la nganga y el fundamento de Kobayende. Se matan un majá, un gallo negro y otro blanco ( o una gallina negra y otra blanca si el Nchila es para una mujer ), un alacrán y una lubina.

El Nchila se deja sobre el fundamento de Kobayende para que tome poder hasta que se seque bien y pueda ser entregado o enviado a su futuro dueño.

La persona debe llevarlo encima ( como llavero, colgante, en el bolso o en un bolsillo ) siempre que salga a la calle, tenga visita o a alguien enfermo en casa; especialmente si existe peligro de contagio. Se le alimenta cada dos o tres meses untándole manteca de cacao y aceite de palma y rociándole aguardiente o ron de caña y abundante humo de tabaco, y se deja de un día para otro en un pequeño plato de barro o güira con incienso y una vela blanca encendida.

Si usted posee un Nchila Gunseto puede salir sin miedo a la calle, que nadie contagiado se cruzará en su camino; y si por fuerza tuviera que ir a un hospital o a otro lugar donde haya personas enfermas, éstas no estornudarán ni lo tocarán en ningún momento. Los virus en el aire verán tan bien protegida su aura que preferirán alojarse en otras personas y no en usted. 

Esta pequeña pero poderosísima prenda de Palo Monte es ideal para médicos y personas que trabajen en público o vivan en zonas de mucho contagio. Su precio ronda los 300 euros, pero los estoy haciendo por solo 150 euros hasta que termine de controlarse la pandemia.

Cuídense mucho y que Nsambi siempre les acutare.



miércoles, 11 de marzo de 2020

¿Cómo Se Monta Una Nganga De Centella?



Centella es el kimbosio o recipiente mágico del mpungu femenino Mariwanga y su montaje se parece mucho al de 7 Rayos; la nganga de Sabranu Nsasi. Ambas trabajan muy rápido y sus makumbas son fulminantes, pero Centella es prenda de Yaya y rara vez la encontramos en casa de un hombre, a no ser que sea heredada o cruzada. Se le puede cruzar con 7 Rayos y con Sarabanda, o con Ndoki, Lugambé, Lukankasi o cualquier otro karire. Su camino más conocido es Centella Ndoki; mítica prenda fundamentada con kriyumba de cimarrona muerta en batalla a machete con rancheadores, cuyo espíritu; enriquecido por las almas de sus brujas o yayas descendientes; constituye el Bakula de todas las hijas de Mariwanga.; las cuales suelen poseer el carácter fuerte y a menudo irascible y machuno, propio de las guerreras.

El recipiente para una nganga de Centella puede ser de hierro si se cruza con Sarabanda o con Ndoki, de barro si se cruza con 7 Rayos o con Lukankasi, y de güira grande si se cruza con Lugambé o kadiampembe. La prenda de Centella pura ( Mayombe ) se puede montar en güira o en barro oscuro. El kimbosio elegido y todos los instrumentos y elementos que se emplearán en su construcción se lavan con mamba ( agua mezclada con yerbas y flores troceadas a mano y otras sustancias ) de yerbas de Mariwanga; como Mastuerzo, Zapote, Granada, Caimito, Ruda, Uva Caleta y Artemisa; en una palangana con agua de pozo, vino tinto y malafo de caña. Una vez seco el recipiente, se le traza en el fondo con yeso la patipemba o firma de la prenda; la cual se bordea con fula ( pólvora mezclada con mpolos o polvos de 21 palos ) y se hace estallar con nsunga ( tabaco ).

Encima de la firma quemada se pega con cera virgen derretida una güira pequeña, en cuyo interior se traza con yeso la misma patipemba y se rellena con una moneda de plata y 9 pequeñas monedas de diferentes países, una matari o piedra de Centella ( las verdaderas; no las que venden en las botánicas; son fragmentos de rocas alcanzadas por la explosión de uno de estos raros fenómenos atmosféricos, conocidos como centellas o rayos globulares ), un trozo de hueso del nfumbe ( de mujer; preferiblemente que haya sido mala persona, loca o agresiva y muerta por fuego, electricidad, arma blanca o de fuego, a causa de un crimen, pelea o suicidio ) consagrado a la prenda; mataris pequeñas de monte, mar, río, cuatro esquinas, montaña, cementerio, del pie de una ceiba y de palmas jimaguas; mpolos ( preferiblemente de la cabeza ) de sapo, alacrán, murciélago, ciempiés, jicotea, majá, anguila, tomeguín, lechuza, carpintero, herrero, totí, sijú platanero, pitirre, gato negro, ratón, jutía, garza y gavilán; ntotos, tierras o rastros de cementerio ( de la tumba del nfumbe ) y de lugares por donde hayan pasado ciclones, tornados o huracanes; mpolos de 21 palos de fundamento y de 9 palos de Mariwanga: Vira Viento, Vence Batalla, Zapote, Palo Caballero, Enredador, Guaco, Caña brava y Uva Caleta; 9 piedras preciosas o semi preciosas ( rubí, diamante, coral, ágata, perla, ojo de tigre, agua marina, cuarzo, ónix, etc ), azogue, almagre, todas las pimientas, espuela de gallo y colmillo de perro negro y/o de jabalí, mono, león y leopardo.

Todo se cubre con un trozo de piel de leopardo cortado en forma de círculo, para que se ajuste bien a los bordes internos de la cazuela. Encima se vierte abundante cera virgen derretida, hasta que cubra por completo la güira, todos los ingredientes añadidos y la tapa redonda de piel. A esto es a lo que se llama Sello Fondo Cazuela.



Cuando el Sello está completamente seco y duro, se le ponen encima los 21 palos de fundamento más 9 palos de Mariwanga formando un arco y en el medio se colocan 9 cocuyos, cabezas de gallo, gallina, cotorra, jicotea y perro negro, una matari de Centella y arriba la kriyumba del nfumbe, flanqueada por la Yayi ( pedazo de caña brava con un nudo en el medio que la divide en dos. Por un lado se le pone agua de mar, arena y azogue y se sella con cera virgen, y por el otro se le pone agua de río y azogue y también se sella con cera ) y por la mpaka mensu ( que se prepara en tarro de buey cargado con manojo de 21 yerbas de Mariwanga, fragmentos de los 30 palos, un mate rojo, mpolos de cabeza de gallo negro, lechuza, cotorra, carpintero, totí, pitirre y de culebra; una moneda de plata y limallas de todos los metales, tierra de cementerio, hospital, cárcel, cruce de caminos, monte, iglesia, juzgados, plaza, río, arena de mar, vivienda del dueño, toda clase de pimientas y chiles picantes, azogue, cocuyo, lengua de gallo, hueso del nfumbe, hojas y cenizas de tabaco, carbón natural, pezuña de perro y de gato y colmillo de jabalí y de toda clase de felinos, y se sella con cera virgen y un espejo ) y se corona con un machete, un puñal y una herradura. También se le puede poner una cadena de hierro alrededor o tela enrollada de color rojo oscuro.

Cuando la nganga está completa se lleva al cementerio y se entierra; no sin antes sacrificar en el hueco dos gallinas negras, cuyos cuerpos se dejan encima de Centella antes de cubrirla con tierra. Pasados 21 días se desentierra y allí mismo se le sacrifican un gallo y un perro ( rabioso mejor ) negros, que se dejan en el hoyo antes de taparlo. La prenda se lleva para casa de su dueña y se le da entrada en la misma con nuevos sacrificios de animales ( gallina, gallo, chivo, perro o aves de color negro, jicotea, jutía, etc; lo que se pueda ) y diversas ofrendas de malafo, chamba, nsunga, etc.