Recientemente un lector me ha sugerido que dedique una entrada a profundizar en las diferencias y relaciones existentes entre la regla de Osha e Ifá y el Palo Monte y creo que es una buena idea porque, aunque he expresado algunas de mis opiniones sobre el tema en otros artículos, nunca las he concentrado en un solo texto.
Siempre se dice que la gran diferencia entre la Santería y el Palo Monte radica en que la primera proviene de la cultura yoruba y el segundo de la cultura bantú; dos culturas, dos idiomas y dos territorios de Africa muy distintos. Pero, en mi opinión, la diferencia fundamental entre la regla de Ocha e Ifá y las diversas ramas de Palo Monte es que la Santería es una religión y el Palo Monte es chamanismo o, como preferimos llamarle en América, brujería; es decir, magia pura.
La Santería cree en la existencia de dioses y divinidades antropomórficos( con características humanas ) que rigen el destino de las personas, mientras que en el Palo Monte se cree en la existencia de fuerzas elementales de la naturaleza, como los astros, los rayos y centellas, el mar, el monte, los ríos y lagunas, el viento, el fuego, etc y en tótems, como el aura tiñosa, el majá, el tigre, el león, etc, que pueden manipularse en favor de las personas mediante tratados mágicos que se basan en el trato con los muertos.
Los oráculos de Ocha y de Ifá nos transmiten los designios divinos; el destino que nos tienen preparados los orishas; los peligros que nos acechan si incumplimos sus reglas, tabúes y consejos; y ebbós, ofrendas y sacrificios que debemos hacer para recuperar su favor y recorrer con éxito los caminos por ellos indicados. En el Palo Monte, en cambio, somos nosotros, las personas, los que damos las ordenes a los mpungus y nkisis; somos nosotros los que trazamos nuestro propio destino.
La Santería, como toda religión, establece con sus seguidores una relación espiritual que recuerda al sistema feudal, dónde los dioses son los reyes y los devotos sus vasallos; mientras que el Palo Monte, como toda forma de magia en estado puro, se parece más a un sistema democrático, pues su funcionamiento se basa en el pacto libre entre el brujo y los espíritus, como una alianza política dónde ambas partes se comprometen por juramento a ayudar a la otra en determinados puntos: los espíritus ayudan al palero a vencer en el mundo material y este, a su vez, contribuye al desarrollo de esos entes en el mundo espiritual.
En Cuba es corriente practicar ambos cultos a la vez. La gente acude a los santeros y babalawos en busca de bendiciones y orientación espirituales; para conocer el destino marcado por los orishas y obtener, a cambio de su devoción, protección, guía, sanación, purificación, justicia y desenvolvimiento. Pero cuando los orishas fallan o, por alguna razón, se niegan a ayudarles, esa misma gente va a ver al brujo mayombero, briyumbero o kimbisero, porque saben que su magia puede alterar en su provecho el curso natural de las cosas. De hecho, no es tan raro que un santero o babalawo descubra con sus caracoles, ekueles o ikines, que los propios orishas recomiendan que el consultante debe rayarse o consultarse con un palero. Y lo mismo sucede a la inversa: un tata puede "ver" que un ahijado debe coronar a cierto santo o consultarse con Orúla.
Los orishas de la Santería son comprensivos con las debilidades humanas y generalmente están dispuestos a perdonar a sus hijos descarrilados si estos obedecen sus designios y enderezan su comportamiento, pero, en principio, no ven con buenos ojos las actividades delictivas o criminales, la violencia, la mala vida y las bajas pasiones. Ellos son como unos padres protectores; comprensivos, pero a la vez severos, que siempre intentan conducirnos por el buen camino. Por eso se dice que "el santo es más elevado", pero en verdad no es así, porque el Palo Monte puede ser tan profundo o más que Osha e Ifá, lo que pasa es que en el Palo cada brujo es libre de tomar el poder mágico en estado puro y moldearlo como mejor le parezca: unos lo usan con sabiduría y bondad y otros con ignorancia y egoísmo. Yo diría mejor, que "el santo es más civilizado", porque se ajusta más a la moralidad de la sociedad moderna, mientras que el Palo es un culto guerrero, de lucha y supervivencia, cuya ética se basa más en la relación del individuo con la naturaleza y el mundo invisible, que con la sociedad. Cuando el guerrero está a solas con la fiera en el monte, no existen el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como sucede en el poblado; sino solo el valor, el espíritu, el poder personal para enfrentar el reto. Esa es la esencia del Palo Monte y por eso este culto puede resultar más salvaje y marginal desde fuera, pero no por ello es menos profundo o elevado desde dentro.
Y es que la Santería y el Palo, más que rivalizar entre ellos, lo que hacen realmente es complementarse, como las dos caras opuestas de una misma moneda. Por eso hay tantos paleros que también tienen guerreros, santo coronado o ikofá; y tantos santeros, e incluso babalawos, que están rayados o que esconden una prenda en un rincón del patio o de la casa. En Cuba la Santería es la religión mayoritaria que nos ayuda a desenvolvernos y triunfar en la sociedad y por eso la gente la practica abiertamente y luce sus collares con naturalidad, pero el Palo Monte es el culto que simboliza los aspectos más oscuros y viscerales del ser humano, aquellos que todos poseen, en mayor o menor medida, pero que ocultan para no ser despreciados por la sociedad. Por eso el Palo Monte se practica en secreto, porque nadie quiere ponerse en evidencia y admitir que también padece de amores imposibles, deseos prohibidos, sentimientos terribles y pensamientos y recuerdos inconfesables.
Pero el Palo Monte es mucho más que un medio para satisfacer caprichos prohibidos y deseos imposibles( Los santeros y babalawos, aunque no les gusta mucho admitirlo, también hacen amarres y maleficios, pero no son tan fuertes como los de Palo ). Con el mismo poder con el que resuelve esos asuntos, el palero puede sanar la locura y al enfermo desahuciado, engañar a la muerte y alargar la vida, esquivar el peligro, desbaratar maleficios, librar al alma de malos espíritus y energías, hacer justicia o librarse de su castigo y lo que es más importante aún: entrar en contacto con su yo espiritual y abrir los ojos al mundo invisible.
Esa es otra diferencia importante entre la Santería y el Palo Monte, el desarrollo de las capacidades espirituales. Cuando una persona corona osha en su cabeza, refuerza el vínculo espiritual con ese orisha, consigue una gran bendición de su parte y el derecho a consultar los oráculos y oficiar determinados ritos, pero no obtiene ningún poder mágico especial, como el de comunicarse con los muertos, percibir la energía espiritual de las cosas, presentir acontecimientos, ver el pasado y el futuro de la gente, leer en sus almas los sentimientos, ver lo que sucede en la distancia o abandonar temporalmente el cuerpo físico para introducirse en el de un pájaro u otro animal; habilidades todas que sí se pueden desarrollar en el Palo Monte, en dependencia del grado de conocimiento del padrino y del interés y voluntad de aprender e investigar que demuestre el ngueyo.
En la Santería, el contacto entre el sacerdote y los orishas es indirecto, sólo a través de los oráculos; mientras que en el Palo, el contacto entre el brujo y los espíritus puede ser indirecto, mediante caracoles, chamalongos y fula, pero también directo, por medio de trances, sensaciones, voces y visiones. Esa es la razón por la que cualquiera puede ser santero, púes no se requieren cualidades especiales, que sí son tenidas en cuenta en el Palo Monte a la hora de aceptar a un nuevo ngueyo. Como en otras religiones, en la Santería se considera que estos poderes no deben estar en manos de los hombres y prueba de ello es que uno de los requisitos que se "exigen" para ser babalawo, es "no pasar muerto", es decir, no poseer la capacidad de comunicarse con los muertos o de ser "montado" por espíritus. Y lo digo entre comillas porque conozco a más de un babalawo que es palero y pasa muerto antes y después de hacer Ifá. Muchos tatas se hacen babalawos para aumentar su prestigio y su clientela, pero en el fondo siguen confiando más en sus muertos que en los orishas. Y es que hasta los santeros reconocen que "del muerto nace el santo".
Pienso que si existe rivalidad, no es tanto entre santeros y paleros, ya que al fin y al cabo muchos son ambas cosas a la vez, como entre babalawos y tatas. Recuerdo una vez, cuando yo vivía en Miami, que un babalawo vino a verme para que le resolviera un problema gordo que no conseguía sacarse de arriba de ningún modo. El hombre esperó a que yo estuviera solo en la casa para tocar a la puerta, porque no quería que nadie se enterara y mucho menos sus hermanos y ahijados, que había tenido que acudir a un palero. Algunos babalawos, no todos, contribuyen a alimentar la mala fama de los paleros alegando que somos malas personas, llenas de odio y envidia, que pactamos con el diablo, que al morir nuestras almas se convierten en esclavos de los muertos que en vida dominábamos y que nuestros trabajos se revierten con el tiempo contra las personas que los encargaron. Falsos palabras provocadas por el miedo a perder clientes y a que disminuya el reverencial respeto del que disfrutan entre la población.
Hay paleros que defienden la tesis de que el Ozain de los babalawos es un secreto robado del Palo Monte y disfrazado de Ifá. Alegan, basándose en el testimonio de paleros que han hecho Ifá, que su ritual es igual a un rayamiento; que para trabajar con Ozain trazan firmas de Palo Monte a las que han añadido algunos signos de Ifá; y que el tambor Anya también es Palo porque lleva la esencia y el fundamento de Ozain, que en realidad es Ngurufinda, el mpungu del Palo Monte. Algo parecido se dice del fundamento de Odduduwá, orisha que solo puede recibirse de manos de babalawos, que, curiosamente, es quién rige los misterios de los égguns( muertos ) y de Ikú( la muerte ) y es una masa espiritual de inmenso poder que no tiene forma ni figura y vive en las tinieblas profundas de la noche. Parece más la descripción de un mpungu que de un orisha. ¿Y qué me dicen de los Eshus que montan los babalawos y que rigen las manifestaciones de la desgracia y lo malévolo? Todos sabemos que su secreto es fundamento de muerto.
En mi opinión, ambos cultos se han influenciado mutuamente desde que esclavos yorubas y bantúes tuvieron que convivir a la fuerza en Cuba, y a lo que unos llaman robo, otros le llaman sincretismo. ¿Acaso el Palo Monte actual, sobre todo en las ramas Briyumba y Kimbisa, no presenta fuertes influencias formales y conceptuales de la Santería? Si el Palo Monte es superior en fuerza, la Santería le aventaja en cuanto a estética y complejidad de su liturgia, por eso estas reglas han absorbido de ella el uso de calderos de hierro, vasijas de barro, el simbolismo de los colores y algunos aspectos antropomórficos de sus orishas, entre otros elementos.
La rivalidad entre la Santería y el Palo Monte continuará durante mucho tiempo, principalmente porque es provechosa para ambos cultos, como la que existe entre la Coca Cola y la Pepsi Cola, ya que genera competencia y afán de superación y eso es bueno para la evolución de la cultura espiritual afrocubana, en general. Me recuerda a la rivalidad entre las múltiples escuelas y estilos de boxeo chinos. Shaolín, Tai-chí, la grulla, el mono, el dragón, el borracho, la serpiente...Si no fuera porque son tantas y tan diversas, las artes marciales chinas no habrían influenciado tanto a este arte en todo el mundo, confiriéndole más importancia y prestigio a su cultura. Tanto santeros como babalawos y paleros tienen que ver más allá de sus batallitas y darse cuenta de que todos jugamos un importante papel en la conservación y evolución de nuestras raíces, pues la Ceiba de nuestra cultura afrocubana no nació de una, sino de varias semillas, y la sombra de sus ramas trasciende hoy las fronteras de la Isla, extendiendo su saborduría( sabor + sabiduría ) sobre todo el continente americano y parte de Europa. Tanto la Santería como el Palo Monte, el espiritismo Cruzado, el vudú cubano, los Abakuá y los Arará, forman parte de algo más grande, viajan en el mismo bote y todos tienen que remar unidos para llegar a puerto.
Los orishas de la Santería son comprensivos con las debilidades humanas y generalmente están dispuestos a perdonar a sus hijos descarrilados si estos obedecen sus designios y enderezan su comportamiento, pero, en principio, no ven con buenos ojos las actividades delictivas o criminales, la violencia, la mala vida y las bajas pasiones. Ellos son como unos padres protectores; comprensivos, pero a la vez severos, que siempre intentan conducirnos por el buen camino. Por eso se dice que "el santo es más elevado", pero en verdad no es así, porque el Palo Monte puede ser tan profundo o más que Osha e Ifá, lo que pasa es que en el Palo cada brujo es libre de tomar el poder mágico en estado puro y moldearlo como mejor le parezca: unos lo usan con sabiduría y bondad y otros con ignorancia y egoísmo. Yo diría mejor, que "el santo es más civilizado", porque se ajusta más a la moralidad de la sociedad moderna, mientras que el Palo es un culto guerrero, de lucha y supervivencia, cuya ética se basa más en la relación del individuo con la naturaleza y el mundo invisible, que con la sociedad. Cuando el guerrero está a solas con la fiera en el monte, no existen el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como sucede en el poblado; sino solo el valor, el espíritu, el poder personal para enfrentar el reto. Esa es la esencia del Palo Monte y por eso este culto puede resultar más salvaje y marginal desde fuera, pero no por ello es menos profundo o elevado desde dentro.
Y es que la Santería y el Palo, más que rivalizar entre ellos, lo que hacen realmente es complementarse, como las dos caras opuestas de una misma moneda. Por eso hay tantos paleros que también tienen guerreros, santo coronado o ikofá; y tantos santeros, e incluso babalawos, que están rayados o que esconden una prenda en un rincón del patio o de la casa. En Cuba la Santería es la religión mayoritaria que nos ayuda a desenvolvernos y triunfar en la sociedad y por eso la gente la practica abiertamente y luce sus collares con naturalidad, pero el Palo Monte es el culto que simboliza los aspectos más oscuros y viscerales del ser humano, aquellos que todos poseen, en mayor o menor medida, pero que ocultan para no ser despreciados por la sociedad. Por eso el Palo Monte se practica en secreto, porque nadie quiere ponerse en evidencia y admitir que también padece de amores imposibles, deseos prohibidos, sentimientos terribles y pensamientos y recuerdos inconfesables.
Pero el Palo Monte es mucho más que un medio para satisfacer caprichos prohibidos y deseos imposibles( Los santeros y babalawos, aunque no les gusta mucho admitirlo, también hacen amarres y maleficios, pero no son tan fuertes como los de Palo ). Con el mismo poder con el que resuelve esos asuntos, el palero puede sanar la locura y al enfermo desahuciado, engañar a la muerte y alargar la vida, esquivar el peligro, desbaratar maleficios, librar al alma de malos espíritus y energías, hacer justicia o librarse de su castigo y lo que es más importante aún: entrar en contacto con su yo espiritual y abrir los ojos al mundo invisible.
Esa es otra diferencia importante entre la Santería y el Palo Monte, el desarrollo de las capacidades espirituales. Cuando una persona corona osha en su cabeza, refuerza el vínculo espiritual con ese orisha, consigue una gran bendición de su parte y el derecho a consultar los oráculos y oficiar determinados ritos, pero no obtiene ningún poder mágico especial, como el de comunicarse con los muertos, percibir la energía espiritual de las cosas, presentir acontecimientos, ver el pasado y el futuro de la gente, leer en sus almas los sentimientos, ver lo que sucede en la distancia o abandonar temporalmente el cuerpo físico para introducirse en el de un pájaro u otro animal; habilidades todas que sí se pueden desarrollar en el Palo Monte, en dependencia del grado de conocimiento del padrino y del interés y voluntad de aprender e investigar que demuestre el ngueyo.
En la Santería, el contacto entre el sacerdote y los orishas es indirecto, sólo a través de los oráculos; mientras que en el Palo, el contacto entre el brujo y los espíritus puede ser indirecto, mediante caracoles, chamalongos y fula, pero también directo, por medio de trances, sensaciones, voces y visiones. Esa es la razón por la que cualquiera puede ser santero, púes no se requieren cualidades especiales, que sí son tenidas en cuenta en el Palo Monte a la hora de aceptar a un nuevo ngueyo. Como en otras religiones, en la Santería se considera que estos poderes no deben estar en manos de los hombres y prueba de ello es que uno de los requisitos que se "exigen" para ser babalawo, es "no pasar muerto", es decir, no poseer la capacidad de comunicarse con los muertos o de ser "montado" por espíritus. Y lo digo entre comillas porque conozco a más de un babalawo que es palero y pasa muerto antes y después de hacer Ifá. Muchos tatas se hacen babalawos para aumentar su prestigio y su clientela, pero en el fondo siguen confiando más en sus muertos que en los orishas. Y es que hasta los santeros reconocen que "del muerto nace el santo".
Pienso que si existe rivalidad, no es tanto entre santeros y paleros, ya que al fin y al cabo muchos son ambas cosas a la vez, como entre babalawos y tatas. Recuerdo una vez, cuando yo vivía en Miami, que un babalawo vino a verme para que le resolviera un problema gordo que no conseguía sacarse de arriba de ningún modo. El hombre esperó a que yo estuviera solo en la casa para tocar a la puerta, porque no quería que nadie se enterara y mucho menos sus hermanos y ahijados, que había tenido que acudir a un palero. Algunos babalawos, no todos, contribuyen a alimentar la mala fama de los paleros alegando que somos malas personas, llenas de odio y envidia, que pactamos con el diablo, que al morir nuestras almas se convierten en esclavos de los muertos que en vida dominábamos y que nuestros trabajos se revierten con el tiempo contra las personas que los encargaron. Falsos palabras provocadas por el miedo a perder clientes y a que disminuya el reverencial respeto del que disfrutan entre la población.
Hay paleros que defienden la tesis de que el Ozain de los babalawos es un secreto robado del Palo Monte y disfrazado de Ifá. Alegan, basándose en el testimonio de paleros que han hecho Ifá, que su ritual es igual a un rayamiento; que para trabajar con Ozain trazan firmas de Palo Monte a las que han añadido algunos signos de Ifá; y que el tambor Anya también es Palo porque lleva la esencia y el fundamento de Ozain, que en realidad es Ngurufinda, el mpungu del Palo Monte. Algo parecido se dice del fundamento de Odduduwá, orisha que solo puede recibirse de manos de babalawos, que, curiosamente, es quién rige los misterios de los égguns( muertos ) y de Ikú( la muerte ) y es una masa espiritual de inmenso poder que no tiene forma ni figura y vive en las tinieblas profundas de la noche. Parece más la descripción de un mpungu que de un orisha. ¿Y qué me dicen de los Eshus que montan los babalawos y que rigen las manifestaciones de la desgracia y lo malévolo? Todos sabemos que su secreto es fundamento de muerto.
En mi opinión, ambos cultos se han influenciado mutuamente desde que esclavos yorubas y bantúes tuvieron que convivir a la fuerza en Cuba, y a lo que unos llaman robo, otros le llaman sincretismo. ¿Acaso el Palo Monte actual, sobre todo en las ramas Briyumba y Kimbisa, no presenta fuertes influencias formales y conceptuales de la Santería? Si el Palo Monte es superior en fuerza, la Santería le aventaja en cuanto a estética y complejidad de su liturgia, por eso estas reglas han absorbido de ella el uso de calderos de hierro, vasijas de barro, el simbolismo de los colores y algunos aspectos antropomórficos de sus orishas, entre otros elementos.
La rivalidad entre la Santería y el Palo Monte continuará durante mucho tiempo, principalmente porque es provechosa para ambos cultos, como la que existe entre la Coca Cola y la Pepsi Cola, ya que genera competencia y afán de superación y eso es bueno para la evolución de la cultura espiritual afrocubana, en general. Me recuerda a la rivalidad entre las múltiples escuelas y estilos de boxeo chinos. Shaolín, Tai-chí, la grulla, el mono, el dragón, el borracho, la serpiente...Si no fuera porque son tantas y tan diversas, las artes marciales chinas no habrían influenciado tanto a este arte en todo el mundo, confiriéndole más importancia y prestigio a su cultura. Tanto santeros como babalawos y paleros tienen que ver más allá de sus batallitas y darse cuenta de que todos jugamos un importante papel en la conservación y evolución de nuestras raíces, pues la Ceiba de nuestra cultura afrocubana no nació de una, sino de varias semillas, y la sombra de sus ramas trasciende hoy las fronteras de la Isla, extendiendo su saborduría( sabor + sabiduría ) sobre todo el continente americano y parte de Europa. Tanto la Santería como el Palo Monte, el espiritismo Cruzado, el vudú cubano, los Abakuá y los Arará, forman parte de algo más grande, viajan en el mismo bote y todos tienen que remar unidos para llegar a puerto.