lunes, 19 de mayo de 2025

Aprendiendo las Firmas de Palo Monte. Tratado Kimbisa de Buey Suelto 3ª parte

Dimamanga Kimbisa

Ahora que ya sabemos cómo combinar las tiradas para lograr signos complejos, anotarlos correctamente y equilibrar o desequilibrar las energías de las firmas, podemos aprender a trabajar con ellas sin tanto riesgo de meter la pata. A estas alturas, debemos ser conscientes de que las firmas que nos entreguen nuestros mayores o que encontremos en libros y documentos se pueden aplicar a nuestra magia con efectividad, siempre y cuando sustituyamos sus signos, surgidos de otras personas y circunstancias, por los nuestros.

Pero los signos no son lo único que debemos tener en cuenta para adaptar patipembas pretéritas a nuestras necesidades actuales. También hay que fijarse en las flechas, pues no todas forman parte del dibujo base, que es la parte de la firma que se reproduce siempre sin sufrir alteraciones, y es preciso descartarlas. Dichas nsakas o flechas secundarias suelen ser diagonales o curvas, respondiendo no al diseño de la mpemba, sino señalando las obras que se hicieron originalmente sobre la firma base. Esto se debe a que con una misma firma se pueden hacer cientos de trabajos con orientaciones e intensidades diferentes.

Algunos paleros tienen el cuidado, al documentar sus firmas, de cubrir el dibujo de las flechas secundarias o desechables con pequeños puntos negros o X, como se muestra en la imagen, para diferenciarlas de las flechas principales que sí conforman el diseño base. Sin embargo, son pocos los que lo hacen y, por esa razón, la mayoría de las patipembas registradas carecen de estas facilidades que permiten al lector distinguir las partes permanentes de la firma de los elementos efímeros y prescindibles. Por ejemplo, las flechas o ñocas de arreo y el número de montoncitos de fula distribuidos sobre ellas, cuya cantidad y orientación dentro del dibujo general varía siempre en cada nueva obra en respuesta a los condicionantes actuales.

Por ello, nunca está de más analizar concienzudamente las patipembas, contrastarlas con otras representaciones similares y ensayar su aplicación hasta detectar todas sus particularidades y sustituirlas por las nuestras, antes de usarlas por primera vez en una obra o ritual de cierta importancia o gravedad. Pues, por mucho que dominemos la dimamanga, siempre se pueden pasar por alto estos pequeños pero decisivos detalles.

Los brujos más experimentados y poderosos que he conocido son como los boxeadores: experimentan y dominan muchas y diversas técnicas y pueden pasar horas hablando de ellas, pero en el ring, a la hora de la verdad, únicamente confían su suerte a una o dos combinaciones de golpes, generalmente simples, pero demoledoras. Los paleros nos pasamos la vida hurgando secretos y coleccionando tratados y firmas. Es algo que no podemos evitar, sobre todo cuando somos jóvenes y estamos sedientos de poder. Sin embargo, en la práctica cotidiana, solo usamos una fracción de nuestro conocimiento, un selecto puñado de símbolos y recetas mágicas de cuya eficacia no tenemos dudas.

Por eso, siempre aconsejo a mis ahijados que no dejen de investigar, pues el espíritu es como un sabueso que languidece si se le priva de seguir nuevos rastros. Pero al mismo tiempo, deben tratar de encontrar sus puntos fuertes y especializarse en ellos. Concretamente, en relación a las firmas, deben aprender bien unas pocas, las que mejor se les den en cada tipo de trabajos o rituales, y dejar el resto para la vitrina.

A continuación, veremos un juego de firmas o compendio de patipembas que es como una navaja suiza, compacto pero útil para muchas y diversas cosas. Las he seleccionado, no por sus ramas de origen, prestigio o popularidad, sino por la simplicidad de su manejo, la flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones o contextos y la contundencia de sus efectos. Características que, en mi opinión, las hacen ideales para los nuevos paleros y bueyes sueltos.

 

Firmas de bandera

Las firmas de bandera nacen de las firmas básicas de los signos de cada mpungu o nkisi y se emplean para representar, invocar y reverenciar sus fuerzas en obras más complejas que los trabajos habituales, como el montaje, consagración y entrega de nuevos fundamentos, así como en otras ceremonias relevantes, tales como rayamientos, celebraciones y funerales.

Cuando el tata trabaja a solas o con otros paleros o ayudantes experimentados, no necesita dibujar las firmas de bandera de sus mpungus y nkisis para que estos acudan en su auxilio, pues ya existe una familiaridad o nexo espiritual entre él y dichas entidades. Le basta con golpear el suelo con su kisengue (bastón de muertos) y llamarlas por su nombre en voz alta para que bajen y le asistan.

Cuando el tata trabaja a solas o con otros paleros o ayudantes experimentados, no necesita dibujar las firmas de bandera de sus mpungus y nkisis para invocarlos, ya que existe una familiaridad o conexión espiritual entre él y estas entidades. Le basta con golpear el suelo con su kisengue (bastón de muertos) y llamarlas por su nombre en voz alta para que acudan en su auxilio.

Sin embargo, cuando el brujo enseña a sus aprendices o oficia para un público, como en juramentos, toques de cajón, sanaciones u otros trabajos que reúnen a varias personas interesadas, familiares o amigos, es conveniente destacar las patipembas de bandera de los nkisis que gobiernan el nso nganga, la obra en cuestión o la efeméride religiosa que se celebre. Estas patipembas suelen representarse mediante dibujos claros y detallados en tiza o bordados sobre telas (de ahí el término "bandera") y se colocan en lugares destacados del suelo o de las paredes del nso nganga, para que las personas puedan saludarlas, estudiarlas y recordarlas.

Lucero: Mpungu sincretizado con el orisha yoruba Eleggua, conocido como aquel que abre y cierra los caminos, y con el santo católico Niño de Atocha. También se le asocia con los dioses Hermes (de la mitología griega), descrito por Homero como un ser de multiforme ingenio, astuto, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno y guardián de las puertas, y Mercurio (de la mitología romana), el mensajero entre el cielo y los hombres. Además, está vinculado a Prometeo, el titán protector de la civilización humana que robó el fuego de los dioses para entregárselo a los mortales, y a Lucifer, el lucero del alba, hijo de la aurora, estrella de la mañana, portador de la luz y señor de las encrucijadas. Según las tradiciones, Lucifer cayó en desgracia por haber entregado a la humanidad el divino fuego de la sabiduría. Lucero, en este sentido, integra y representa características de todos estos avatares y divinidades relacionadas.

En el Palo Monte, Lucero es el primer mpungu al que se honra después de Nsambi. Es quien gobierna los nsilas (caminos o destinos) de las personas, los cuatro vientos o direcciones, y la adivinación, conocida como vititi. Se le asocian los planetas Venus y Mercurio, el color rojo combinado con negro, que simboliza la vida y la muerte, los símbolos de la estrella o lucero y del triángulo con la punta hacia arriba, y los signos (0++0) y (+00+). Además, le corresponden los números 1, 3, 15, 22, 30, 31, 42, 49, 57, 59, 70, 89 y 96.

Cabe señalar que, de los números correspondientes a cada mpungu que se presentan en este capítulo, los primeros 30 son los básicos o principales que los representan. El resto, del 31 al 99, son cifras secundarias asociadas a la interpretación de sueños y augurios, la charada china y otros juegos de azar, incluidas las loterías.

Los palos asociados a Lucero son: rasca barriga, aroma, guayaba, bejuco verraco, palo Ramón y abrecamino. Sus yerbas y bejucos incluyen: albahaca morada, dormidera, algarrobo, álamo, aguacate, bledo blanco y morado, colonia, canutillo, cardo santo, ceiba, frescura, guásima, granada, jobo, jagüey, lirio blanco, alacrancillo, anís africano, verdolaga, berro, lechuga, meloncillo, maravilla, malva cochinera, platanillo de Cuba, poleo, piñón de botija, ruda, papaya, salvia, hierba fina, hierba hedionda, hierba la niña, yagruma y aroma.


Siete Rayos: Sabranu Nsasi es el mpungu fundamental, junto a Nkuyo Lucero, del Palo Mayombe original y uno de los tres nkisis principales de las reglas Briyumba y Kimbisa. En Cuba, está ampliamente sincretizado con el orisha yoruba Shangó, Santa Bárbara católica, el arcángel Miguel, y el dios griego Zeus o Júpiter en la tradición romana. Es la mano derecha de Nsambi: mitad justicia y pureza (blanco), y mitad fuego y violencia (rojo). Es su general en la tierra, el dueño de los rayos y la electricidad, del tambor, de la virilidad, de las águilas, los tigres, los caballos, los gallos y los toros. Le corresponden los planetas Júpiter y el Sol, los colores rojo en combinación con blanco, los números 6, 11, 13, 18, 28, 39, 45, 53, 66, 70, 77 y 87, el símbolo de la cruz y el triángulo, y los signos (0+0+) y (++00).

Los palos de Nsasi son: vencedor, yaya, abrecaminos, yo puedo más que tú, jiquí, jiba, quiebra hacha, guayacán, jocuma, palo prieto, arrasa con todo, mimbre, azafrán, yagruma, cocuyo, ven a mí, siguaraya, aroma, mangle rojo, caña brava, marañón, espanta muerto, bejuco verraco, bejuco chino, palo ramón y ciprés. Sus yerbas y bejucos incluyen: ceiba, jagüey, caisimón, algarrobo, marañón, álamo, jobo, mamey, canitel, pendejera, hierba fina y siguaraya.





Sarabanda: Este nkisi no existía en el Palo Mayombe original llevado a Cuba por los esclavos procedentes del reino del Manicongo. Es un producto criollo creado por briyumberos y kimbiseros —paleros negros, blancos y mestizos nacidos libres en Cuba— con el propósito de enfrentarse a 7 Rayos, la prenda guerrera más poderosa de los mayomberos.

Sarabanda es la versión palera del orisha Oggún, al igual que el orisha Osaín es la versión santera del mpungu Ngurufinda, lo cual evidencia el profundo entrelazamiento de las culturas bantú y yoruba en la isla. También se le asocia con San Pedro. Es el dueño del hierro y de la forja, así como de las herramientas, el ferrocarril, el trabajo físico duro, las armas y la guerra. Se le considera una entidad de fuego y tierra, estrechamente vinculada con los metales y minerales, así como con los mecánicos, conductores, soldadores, cerrajeros, militares, guerreros, policías, criminales y rebeldes.

A Sarabanda le corresponden el meme o chivo, la ñoca o serpiente, el ngá o leopardo y el mayimbe o aura tiñosa, así como los símbolos de la cruz y del triángulo, el planeta Marte, los números 4, 20, 21, 33, 34, 38, 46, 47, 51, 58, 61, 64, 71, 72, 74, 77, 79, 91, 93, 94, 95 y 99, las combinaciones de colores rojo y verde, y verde y negro, y el signo (+0+0).

Los palos y yerbas asociados a Sarabanda pueden incluir: quiebra hacha, jiquí, malambo, palo hueso, ceiba, yaya, cambia voz, palo Ramón, yo puedo más que tú, abrecaminos, caja, guayacán, vencedor, para mí, cuaba, tengue, guayabo, ateje, llamao, uña de gato, espuela de caballero, mangle negro, ciprés, cambia rumbo, bejuco verraco, moruro y siguaraya.




Cabo Ronda: Watariamba es un camino o avatar de Sarabanda especializado en la Ley, que debido a su trascendencia y popularidad en Cuba, se ha consolidado como un mpungu por derecho propio. Está estrechamente sincretizado con Ochosi, el orisha yoruba de la caza y la justicia, con San Norberto en la tradición católica, y con la diosa olímpica Artemisa (conocida como Diana por los romanos).

Rige sobre policías, jueces, abogados, delincuentes y personas que buscan huir de sus enemigos o liberarse de sus opresores o del peso de la justicia. Su influencia se extiende a comisarías, juzgados y cárceles. Sus atributos incluyen el arco y las flechas, los planetas Saturno y Marte, el color rojo combinado con el azul, el signo (00++), y los números 29, 41, 43, 50, 52, 63, 65, 67 y 73. A Cabo Ronda le corresponden las mismas nkunias, nfitas y musangas que a Sarabanda.


Chola Wengue: Mamá Chola es una de las prendas más poderosas y populares del Palo Monte, ya que se encarga de todo lo relacionado con el amor, la fertilidad, el dinero y los pleitos civiles. Las mujeres que no logran embarazarse acuden a Mamá Chola para que les conceda un hijo. Asimismo, cuando se sufre por un amor no correspondido o en casos de infidelidad conyugal, es ella quien facilita los amarres, endulzamientos, castraciones, alejamientos y otras obras relacionadas con el amor. También es invocada para atraer clientes a un negocio, generar abundancia en el hogar, y en asuntos como divorcios, casamientos, herencias, demandas y trámites legales. Por todo ello, Chola Wengue es uno de los mpungus más solicitados, especialmente por las mujeres, aunque también recibe peticiones de muchos hombres.

Mamá Chola está sincretizada con la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, y con la orisha Oshún, divinidad de los ríos y aguas dulces, el amor, la sensualidad femenina y la fertilidad. Es considerada la versión africana de Afrodita, la diosa griega del amor, y de Venus, su equivalente en la mitología romana. Rige sobre mujeres hermosas y seductoras, embarazadas, madres solteras y prostitutas.

Sus atributos incluyen los colores amarillo, ámbar, naranja, bronce y dorado combinados con el blanco, así como los camarones, cocodrilos, patos, cisnes, gallinas de Guinea, codornices y pavos reales. Se le asocian los planetas Venus y la Luna, y los números 5, 10, 12, 13, 20, 22, 25, 30, 35, 37, 42, 48, 55, 58, 66, 71, 76 y 81, y los signos (++0+) y (+++0).

Entre las yerbas asociadas a Chola Wengue se encuentran la salvadera, la calabaza, el llantén, la maravilla amarilla, el botón de oro, el orosun, el lino de río, el helecho de río y la verdolaga. Sus palos son: canitel, canela, almendra, almácigo y caña brava.


Madre de Agua: Kalunga, Baluande y Madre de Agua son avatares de la misma entidad: el misterio de las profundidades marinas. Actualmente, este mpungu está sincretizado con la orisha yoruba Yemayá-Olókun, diosa de los mares y océanos, quien rige la pesca, los puertos, los barcos, los marineros y las travesías, así como el matrimonio, los hijos y la familia, y con la virgen de Regla, patrona de La Habana.

Sin embargo, originalmente, Kalunga era un concepto mucho más profundo que el fondo marino. No tenía connotaciones femeninas para los antiguos pueblos bantúes y significaba la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Era una especie de energía espiritual fluida o plasma que rodeaba el plano material por todas partes, separándolo del plano espiritual. Para ellos, este plasma espiritual constituía una entidad mágica o divinidad en sí misma; el mpungu o avatar de Nsambi destinado a separar la vida de la muerte. También puede interpretarse como el lugar que habitan los muertos, como la propia Muerte, o como la sustancia de la que están hechos los espíritus: un océano de almas infinito que envuelve a nuestro mundo.

Madre de Agua está relacionada astrológicamente con la Luna y Neptuno, y le corresponden los colores azules combinados con blanco o con negro, los números 7, 18, 21, 23, 38, 45, 54, 56, 62, 82, 86 y 89, así como los signos (+000) y (0+++). También le corresponde toda la fauna marina. Los palos de Kalunga son: jiquí, caimito, ceiba, rompe hacha, mangle negro y aguacate. Sus yerbas son: hojas de aguacate, yantén, sauco blanco, salvadera, caisimón, verdolaga y lechuga criolla.


continuará…

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sábado, 22 de marzo de 2025

Aprendiendo las Firmas de Palo Monte. Tratado Kimbisa de Buey Suelto 2ª parte

Cruces y círculos

Para interpretar y aplicar correctamente las patipembas, debemos entender cómo fueron creadas, no reproducirlas tal y como las encontramos en libros y documentos. Salvo en los ideogramas de banderas y signos básicos, que son inmutables, las firmas de Palo Monte nunca se dibujan dos veces exactamente igual. Existen ligeros, pero imprescindibles, detalles del diseño que debemos alterar para actualizarlos y que reflejen nuestras circunstancias actuales. De lo contrario, sería como hacernos un traje siguiendo un patrón estándar, pero sin adaptarlo a nuestra talla; difícilmente saldrá bien.

Entre estos detalles destacan los pequeños círculos (-) y cruces (+) que parecen decorar las flechas de las mpembas, pero que en realidad indican una serie de factores variables que es preciso ajustar si queremos tener éxito. Estos incluyen los signos que salen en las diferentes consultas que se realizan antes, durante y al finalizar los trabajos, así como los signos negativos (-) o positivos (+) que debemos añadir para equilibrar o desequilibrar la polaridad de las energías involucradas en dichas obras. No están de adorno y nunca se repiten del mismo modo, aunque a ojos del profano el dibujo parezca ser el mismo.

Para calcular la polaridad exacta o la cantidad precisa de energías positivas y negativas que debemos conceder a cualquier nsara o trabajo para que funcione con eficacia, los pequeños círculos y cruces deben documentar los signos de al menos dos tiradas de nkobos (conchas, chamalongos), nzandis (cocos) o cauris (caracoles). La primera tirada arroja uno de los 16 signos básicos y su correspondiente mpungu regente o de cabecera de la persona que solicita el trabajo, independientemente de cuál sea la naturaleza de su deseo o problema (curar, limpiar, abrir caminos, amarrar, hechizar, guerrear, atraer, alejar, beneficiar, dañar, etc.). La segunda tirada nos dice el signo complementario, y la combinación de ambos obtiene como resultado uno de los 256 signos dobles o complejos del oráculo palero. Debemos seguir su letra o contenido para elegir adecuadamente los ngandos, ofrendas y demás ingredientes que perfilarán la obra y personalizarán el dibujo de su firma (ver https://palomontenegro.blogspot.com/2024/07/los-16-signos-basicos-de-chamalongo.html ).

Los 8 círculos y/o cruces que componen cada uno de los 256 signos complejos pueden sumar un resultado equilibrado o neutral si la cantidad de círculos y cruces o de energías negativas y positivas es la misma, o un resultado desequilibrado cuando esta es diferente. Si tiene más cruces que círculos, el desbalance será positivo, y si ganan los círculos, será negativo. En las obras de magia blanca o buena, como limpiezas, sanaciones, abrecaminos e iniciaciones, entre otras, es preciso que las energías positivas y negativas estén igualadas. Mientras que en los trabajos de magia roja o del corazón, como bilongos, hechizos y nkangues de amor, lo apropiado es que las energías positivas representadas por cruces superen en número a los círculos negativos. En cambio, en las makumbas de magia negra o maligna, como cierres de caminos, maldiciones, guerras y ñampies, es necesario que los círculos de energías negativas sean más que las cruces positivas.

 

Balance de energías

Para equilibrar o desequilibrar a conveniencia las energías de cualquier obra, debemos añadir cuatro signos más a la firma, para un total de 12 círculos y/o cruces. Esos cuatro signos extra no se averiguan consultando, como en el caso de los 8 anteriores, sino que se eligen deliberadamente para que la suma final de los 12 signos dé el resultado que precisamos, según el tipo de magia que vayamos a utilizar para resolver las diferentes situaciones y peticiones que se nos presenten.

Analicemos gráficamente cómo funciona esta parte del ritual o trabajo y la simultánea y gradual configuración de las firmas, llamada Kini Ntuí o balance de las energías:

El gráfico 1 muestra en su parte superior la primera tirada de chamalongos, de la cual se obtiene el signo básico de la consulta (que en este ejemplo es un signo de Nkuyo Lucero) y, a su derecha, la segunda tirada, de la cual obtenemos el signo complementario (que en este caso pertenece a Chola Wengue). En la parte inferior podemos ver cómo se expresa la suma o combinación de los signos de ambas tiradas en forma de cruz o cuatro vientos, en forma lineal horizontal y en forma lineal vertical.

Cualquiera de las tres formas de escribir los signos dentro de una firma es válida, aunque muchos paleros preferimos usar la forma vertical en la mayoría de las consultas y obras, ya que resulta más cómoda y rápida para trabajar. Reservamos el modo cuatro vientos, que es más detallado y fácil de entender, para ilustrar nuestros tratados y enseñanzas. Mientras que el modo horizontal lo empleamos para anotar los signos en las libretas-expedientes de cada ahijado o cliente, que incluyen datos personales y de todas sus consultas, signos, correspondencias y trabajos, con fechas, horas, incidencias, observaciones, etc., porque ocupa menos espacio en el papel.

De la suma del signo básico y el complementario surge uno de los 256 signos dobles o complejos del Chamalongo. En el ejemplo del gráfico 1, este signo corresponde a Lucero y Chola Wengue, quienes actúan como mpungus de cabecera del ahijado o solicitante de ayuda, o como regentes de la situación en que se encuentra. Este signo posee una energía total de (5+ y 3-).

El tata puede tomar ambos mpungus o elegir uno de los dos y desechar el otro, a la hora de seleccionar la obra más pertinente y ajustar su carga y su correspondiente firma a las circunstancias presentes para resolver el caso. Para ello, debe tener en cuenta una serie de factores, como el sexo, el carácter y las vibraciones del sujeto, la naturaleza de su problema o deseo, y las percepciones o inspiraciones espirituales recibidas en referencia a este durante las sesiones de consulta u otros rituales que le haya dedicado.

En el gráfico 2 vemos tres firmas diferentes y sencillas de estudiar, todas ellas nacidas del mismo signo doble o complejo de Lucero y Mamá Chola mostrado en el gráfico 1.

La primera firma se puede utilizar en cualquier obra de magia blanca o benéfica, como un despojo o un abrecaminos. En color rojo aparecen destacados los cuatro ideogramas extras (+000) añadidos ex profeso por el ngangulero para equilibrar e igualar las energías positivas y negativas, condición neutral indispensable en las obras blancas. Los símbolos rojos forman un signo de Madre de Agua, que será la tercera fuerza o mpungu dominante en este ejemplo. El marcador total pasa de (5+ 3-) a (6+ 6-).

La segunda patipemba sirve para hacer nkangues y bilongos de amor. Se indican en color rojo los cuatro ideogramas extras (0++0) adicionados por el hechicero para que las energías positivas superen en número a las negativas, cualidad esencial de este tipo de trabajos rojos. En este ejemplo, los símbolos extras modelan un nuevo signo de Lucero, por lo que las fuerzas dominantes seguirán siendo Lucero y Mamá Chola. El marcador pasa de (5+ 3-) a (7+ 5-).

La tercera mpemba es apropiada para ejecutar trabajos de magia negra destructiva. En rojo se ven los cuatro signos extras (0000) agregados por el brujo para desbalancear las energías de la firma hacia el polo negativo, estado imprescindible en todos los salakos o trabajos de brujería maligna. En la imagen de ejemplo, los ideogramas extras determinan un signo nefasto relacionado con ndokis y karires, regido por Centella Ndoki, que es la tercera fuerza de esta makumba de guerra. El marcador pasa de (5+ 3-) a (7- 5+).

El gráfico 3 ofrece otro ejemplo de combinación de tiradas y balance de energías, que desemboca en un signo doble de Sarabanda y Kobayende con una energía total de (3+ 5-).

En el gráfico 4 podemos ver las mismas tres firmas de trabajos del gráfico 2, pero adaptadas al signo doble de Sarabanda y Kobayende del gráfico 3, junto con algunas de sus variaciones.


La firma del Abrecaminos tiene tres variantes: dos con Chola Wengue y una con Ngonda Nkisi. En los tres casos se añade (3+ 1-) = (+++0) a la firma para equilibrar sus energías y que den como resultado (6+ 6-).

La mpemba de Guerra también posee tres variaciones: una con Sarabanda, otra con 7 Rayos y otra con Cabo Ronda. En los tres casos se agregan (2+ 2-) = (++00) para que predominen las energías negativas y sumen (5+ 7-).

La patipemba del Nkangue no tiene variaciones porque, para que primen las energías positivas, la única posibilidad es añadir (4+), que corresponde únicamente a Tiembla Tierra.

Continuará…

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miércoles, 26 de febrero de 2025

Aprendiendo las firmas de Palo Monte

Tratado Kimbisa de Buey Suelto 1ª parte


La dimamanga o lenguaje de patipembas o firmas del Palo Monte es un lenguaje secreto empleado por los brujos paleros para comunicarse con los espíritus mediante dibujos simbólicos—similares a los del Vudú haitiano—que se trazan en el suelo y sobre algunos objetos litúrgicos del nso nganga o santuario durante los rituales. Este lenguaje se desarrolló en los cabildos congos de la isla de Cuba durante la época colonial, entre los siglos XVI y XIX.

Cada una de las diferentes reglas o ramas paleras—Mayombe, Briyumba, Kimbisa, Chamalongo y Buey Suelto—que surgieron de aquellos cabildos negros cuando, a finales del siglo XIX, fue abolida la esclavitud en la isla, atesora con celo sus patipembas y los métodos para conjugarlas, interpretarlas y aplicarlas eficazmente. A su vez, cada tata posee sus propias variaciones de las firmas originales heredadas de su rama a través de sus padrinos, lo cual va enredando y complicando exponencialmente el aprendizaje de este cautivante idioma esotérico en cada generación y provocando, lógicamente, frustración entre los nuevos ngueyos; especialmente entre los bueyes sueltos que no viven en Cuba y se sienten perdidos a la hora de aprender la dimamanga en solitario. Por eso me propongo, con este artículo o serie, explicar de la forma más sencilla y práctica posible las principales firmas y cómo entenderlas y usarlas.

 

El círculo

El punto o círculo es la figura geométrica más elemental, pues solo contiene una línea o trazo, y simboliza a Kalunga: el infinito vacío original previo al nacimiento de la luz y, al mismo tiempo, el más allá; la oscuridad eterna posterior a la muerte de la luz. Astrológicamente, Kalunga representa al espacio cósmico y, espiritualmente, al mundo de los muertos. Además, se le asocia con el mar, cuya oscura y mortal inmensidad era, a ojos de nuestros primitivos ancestros bantúes, semejante o igual al insondable misterio de la noche y al pavoroso enigma de la muerte; y, por tanto, también corresponde o encarna al elemento agua, fuente de vida y de muerte a la vez; inicio y fin, alfa y omega.

El elemento agua es negativo y femenino, por lo que Kalunga también lo es. Esa es la razón por la que en la dimamanga el círculo puede indicar, dependiendo del contexto en que se utilice o interprete, situaciones, respuestas o entidades negativas, como ndokis (espíritus oscuros) y divinidades acuáticas femeninas, tales como Madre de Agua, Mamá Chola y Ngonda Nkisi.

En las firmas paleras, los pequeños círculos y cruces que se alternan dentro del dibujo señalan las energías o entidades negativas y positivas, respectivamente. Mientras que los círculos grandes suelen formar parte de las patipembas o emblemas propios de mpungus y nkisis de agua. Excepto los grandes círculos que encierran a los demás trazos y elementos, como en el caso de la firma del Cuatro Vientos—un círculo con una cruz dentro—que se emplea para consultar con los chamalongos, y de los círculos que se dibujan alrededor de los oficiantes y participantes para protegerles de las energías y entidades negativas durante los rituales.

La cruz

La cruz es el segundo símbolo básico de las firmas de Palo Monte y representa todo lo opuesto al círculo; es decir, la luz primigenia que rompió la oscuridad eterna y dio origen a nuestro universo, el elemento fuego, la energía positiva y masculina que alumbra la vida, transmuta la materia, insufla el espíritu y enciende la consciencia. Por ende, no es de extrañar que este símbolo luminoso se encuentre presente en todas las culturas prehistóricas y religiones de la antigüedad, asociado al fuego, al sol, a las estrellas y a Dios.

En la dimamanga, las cruces pequeñas que alternan con pequeños círculos indican las fuerzas positivas en contraposición a las negativas, así como las respuestas positivas, verdaderas o afirmativas a las consultas; en tanto que las cruces grandes se forman al cruzar dos líneas o flechas, una vertical y otra horizontal, que, habitualmente, conforman las firmas o emblemas de entidades de fuego masculinas como Nkuyo-Lucero, Nsasi-Siete Rayos, Sarabanda y Lugambé, además del símbolo del Cuatro Vientos.

Si el círculo es siempre negativo, pasivo o receptivo, como las apacibles y expectantes aguas de los óvulos, la cruz que completa al Cuatro Vientos es como el fuego que anima a cada espermatozoide en su odisea por intentar llegar a ellos y fertilizarlos. Este símbolo—el Cuatro Vientos—nos habla de vida, acción, movimiento, espacio y tiempo, ya que nada de eso existía hasta que brotó la luz, y de cómo orientarnos entre los diferentes planos de la realidad.

 

Las flechas

Por lo general, el trazado de las firmas de cualquier obra o ceremonia comienza con una flecha recta troncal o principal en dirección sur-norte. Se empieza desde el extremo inferior, que corresponde a la posición en el espacio del oficiante, y se termina en la punta superior, que señala la posición de la nganga o altar.

Las flechas, tanto las del Cuatro Vientos como las de todas las innumerables firmas conocidas, siempre indican actuación y traslación en el espacio-tiempo. Las flechas horizontales marcan el paso del tiempo: con la punta hacia la izquierda en dirección al pasado, con la punta hacia la derecha en dirección al futuro y con una punta en cada extremo en ambas direcciones, así como la relación entre el agua y el fuego, lo femenino y lo masculino, lo emocional y lo racional, el ying y el yang. Por otro lado, las flechas verticales nos muestran el espacio y los lugares, las metas y los caminos, y la relación entre el aire y la tierra, lo intelectual y lo mundano, lo divino y lo terrenal.

Cuando la flecha vertical apunta hacia arriba indica las preguntas, peticiones y trabajos del brujo hacia los mpungus, nfumbes y demás aliados espirituales que tenga. La flecha vertical hacia abajo representa justo lo contrario, las respuestas, recomendaciones y acciones de esas divinidades aliadas desde el plano astral, donde habitan los dioses y espíritus, en dirección al mundo terrenal de los seres mortales. Cuando la flecha vertical posee dos puntas, una en cada extremo, significa que la acción entre el cielo y la tierra, entre los espíritus y los vivos, entre el tata y sus aliados en el más allá es mutua y se mueve en ambos sentidos.

Las flechas diagonales indican la distancia entre una persona y el cumplimiento de sus sueños u objetivos, o el conflicto entre dos sujetos, sus deseos, actos y objetivos opuestos. Asimismo, pueden representar las obras mágicas aconsejadas por las entidades para vencer enemigos, superar obstáculos y alcanzar metas. Dependiendo de su orientación dentro del Cuatro Vientos, las flechas transversales pueden señalar la trayectoria que deben seguir los nfumbes para llevar los bilongos, macumbas y nkangues recomendados desde la nganga hasta su destino. Encima de estos trazos se colocan los diferentes elementos, sustancias y ofrendas que complementan la receta de dichas obras o trabajos de brujería.

Además, podemos encontrar flechas de todo tipo—verticales, horizontales, diagonales, curvas y serpenteantes—en la composición de las firmas de muchas entidades paleras y de sus hijos (paleros que los tienen como mpungus o nkisis de cabecera). Estas flechas enfatizan determinados números distintivos, como, por ejemplo, siete flechas en la patipemba de Siete Rayos o cinco en la firma de Mamá Chola. También pueden simbolizar ciertos elementos y factores, como rayos, tridentes, astros, cuatro vientos, mpakas o cuernos, ñocas o serpientes, entre otros.

La ñoca, majá ó 21

La flecha serpenteante simboliza a mboma ñoca, la enorme boa endémica de Cuba que puede llegar a medir hasta seis metros de largo. Esta serpiente es adorada como encarnación animal de una mboma, misterio o divinidad acuática, tanto por los aborígenes taínos como por los congos que más tarde llegaron a la isla como esclavos y, posteriormente, por sus descendientes criollos, quienes la conocen como Madre de Agua. En la charada china—juego o sorteo basado en la astrología y el esoterismo tradicional chino, de gran popularidad en Cuba desde mediados del siglo XIX y con significativa influencia en la formación de los cultos sincréticos afrocubanos—mboma ñoca corresponde al número 21, cargado de simbolismo y poder mágicos. En el Palo Monte, se le considera uno de los ngandos o poderes fundamentales de los nkisis Madre de Agua y Sarabanda—prendas que también son autóctonas de Cuba—y además puede aparecer en algunas firmas emblemáticas de Mamá Chola, Kobayende y Cabo Ronda, pues la serpiente no solo es un símbolo acuático, sino que también está asociada a la medicina y a la justicia.

En las patipembas de los trabajos, la ñoca o flecha serpenteante suele ser el último ideograma y se traza por encima del resto de la firma, indicando la salida o despedida de los nfumbes encargados de llevar la obra a su destino. A esta parte final del ritual se le llama “arrear al muerto” y consiste en colocar fula (pólvora mezclada con ciertos polvos y sustancias) cubriendo el dibujo de la flecha y, a continuación, prendiéndole fuego para detonarla y hacer salir disparados a los nfumbes en dirección a su misión. Aunque la fula también se puede colocar en la flecha tronco, especialmente si la firma no lleva ñoca.

En el diseño de algunas patipembas más enrevesadas, que corresponden a obras más complejas e incluyen la realización de varios trabajos más pequeños y la participación de diversas entidades mágicas y espirituales, como en el caso de las firmas necesarias para llevar a cabo un rayamiento o iniciación, o para montar y consagrar un nuevo fundamento, que abarcan distintos ritos, despojos, mambos (cantos y rezos), oblaciones, etc., es posible detectar más de una ñoca secundaria alrededor de otra flecha serpenteante de mayor tamaño, representando los “arreamientos” previos al último y principal. Sin embargo, no ahondaremos en esas firmas en esta introducción a la gráfica secreta de los muertos, pues pertenecen a un nivel superior.

La estrella o lucero

Dos cruces cruzadas entre sí forman una estrella de ocho puntas, un símbolo que, dependiendo de las circunstancias rituales, puede representar a las estrellas en general o a un astro en concreto, como el Sol o el planeta Venus, excepto la Luna, que posee su propio ideograma.

Cuando se traza en el fondo de la cazuela o caldero de una nueva prenda, el signo de la estrella se llama “firma del sello” y simboliza a Nsambi, el dios Sol que alumbró la creación del universo. Sus rayos se extienden hasta el infinito en las ocho direcciones o puntos cardinales, y su fuerza es esencial para fundamentar todas las ngangas.

Si vemos una sola estrella de ocho puntas dentro de otra firma mayor, por lo general representa a Lucero, el planeta Venus, en relación con el mpungo Nkuyo. Pero si aparecen varias estrellas dentro del dibujo, indican la influencia de otros astros sobre las situaciones y obras presentes. Esto depende de la estación del año, la hora en la que se esté trabajando, o de los mpungus de cabecera del Tata o de la persona a la que se quiere ayudar.

Es importante destacar que a cada mpungu le corresponden uno o varios astros:

- Nkuyo Lucero: el planeta Venus(apodado Lucero del Alba, Lucero Madrugada, Lucero Prima, etc.) y el planeta Mercurio.

- Nsasi Siete Rayos: el planeta Júpiter y el Sol.

- Sarabanda: el planeta Marte y el Sol.

- Watariamba Cabo Ronda: Saturno y Marte.

- Kobayende: Mercurio y Neptuno.

- Tiembla Tierra: Saturno y Venus.

- Kalunga Madre de Agua: la Luna y Neptuno.

- Chola Wengue: Venus y la Luna.

- Mariwanga Centella Ndoki: Marte y Júpiter.


La Luna

Ngonda, la Luna, el planeta mágico por excelencia cuyo poder altera las mareas y el comportamiento de las personas, no se representa con una estrella, ya que posee sus propios ideogramas para reflejar las distintas fases lunares y su influencia sobre nuestro mundo. Además, Ngonda Nkisi es una prenda antigua que se monta con matari de meteorito, al igual que Lucero, pero en versión femenina. Según algunas yayas de la vieja guardia que todavía atesoran su secreto, es considerada su propia hermana pequeña.

 

El triángulo

El triángulo es una figura geométrica de fuerte simbolismo esotérico asociado al elemento fuego que aparece en muchísimas firmas paleras. Cuando lo encontramos con una punta hacia arriba, como una pirámide, suele representar a Nkuyo Lucero y la relación de la tierra con el cielo, de lo material con lo espiritual. Por otro lado, el triángulo invertido indica lo contrario: las influencias del cosmos sobre nuestro planeta, de los mpungus, karires y nfumbes sobre los mortales. También puede simbolizar algunos animales totémicos o de sacrificio, como toros, bueyes, ciervos y cabras.

 

El cuadrado

Las figuras geométricas cuadradas o rectangulares generalmente corresponden al elemento tierra en relación con el aire, como en el caso del mpungu Tiembla Tierra y del avatar o camino de Watariamba llamado Mundo Nuevo (la cárcel). También se emplean para describir la disposición del nso nganga o templo y el amarre de sus cuatro esquinas, así como para señalar otras edificaciones, como locales comerciales, viviendas, iglesias, mercados, hospitales, cementerios, etc.

 

El rombo

El cuadrado invertido, rombo o diamante corresponde al elemento aire y al mpungu Kobayende. Este símbolo también puede aparecer en las firmas de karires, ya que algunos de sus ideogramas contienen dos triángulos. De hecho, muchos paleros consideran a Kobayende como un karire más, ya que gobierna las epidemias, enfermedades y otras plagas fatídicas. Incluso algunos creen que es, junto a Lugambé, Lukankasi y Kadiampembe, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis.

Debido a su relación con Kobayende y las fuerzas que gobiernan la salud y la muerte de las personas, el diamante también puede simbolizar o anunciar la muerte o, por el contrario, una salvación casi milagrosa.

Además, muchos paleros emplean el rombo representando al corazón en sus nkangues o amarres de amor y en el dibujo de las firmas para montar y consagrar resguardos de protección y talismanes mágicos, como los nchilas (vocablo congo que significa corazón, poder o amuleto) y los makutos.

Más información sobre el montaje de los resguardos de palo monte en: https://palomontenegro.blogspot.com/2024/07/como-se-monta-un-resguardo-de-palo-monte.html.

 

El remolino

La figura de la espiral o remolino corresponde al elemento aire en relación con el fuego y la tierra, simbolizando fenómenos atmosféricos destructivos como tornados y tormentas de rayos y centellas, y al mpungu Mariwanga-Centella Ndoki. Puede aparecer en sus firmas emblemáticas y en las de sus obras, pero también podemos encontrarla en patipembas de trabajos regidos por otras entidades, representando el concepto de rebambaramba, vira mundo o revolución cuando es preciso enfrentar (la flecha del remolino apunta hacia la derecha) o provocar (la flecha apunta hacia la izquierda) una situación caótica y, a veces, violenta.

 

Los signos de chamalongos

Los signos del Palo Monte corresponden a los innumerables posicionamientos que pueden adoptar cuatro chamalongos al caer sobre la firma del Cuatro Vientos durante una consulta, de los cuales 16 constituyen los signos básicos (ver https://palomontenegro.blogspot.com/2024/07/los-16-signos-basicos-de-chamalongo.html) y el resto sus combinaciones (ver https://palomontenegro.blogspot.com/2023/01/vititi-chamalongo-montenegro-tratado.html).

Cabe destacar que a cada una de las principales entidades paleras—mpungus, nkisis, nkuyos, nfumbes y karires—le corresponde uno o varios de los 16 signos básicos, como se puede apreciar en el gráfico, los cuales a menudo aparecen dentro de sus patipembas emblemáticas y también, por extensión, en las firmas personales de sus “hijos”.

Los signos se pueden anotar dentro de una cruz (visible o imaginaria), ordenados de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, o de forma lineal, ordenados de izquierda a derecha, como se muestra en la imagen.

 

Las firmas básicas

A continuación, veremos una serie de firmas básicas emblemáticas de las principales entidades paleras. Estas patipembas sirven para distinguir los signos de cada mpungu. Están compuestas por un signo básico dentro de una cruz, círculo, triángulo, cuadrado o rombo, según su elemento correspondiente.

Las patipembas de las diversas obras de cada mpungu o nkisi nacen de sus firmas emblemáticas básicas, a las que se van añadiendo nuevos elementos, signos, flechas, ñocas, etc., para reflejar la naturaleza de los trabajos (consultas, limpiezas, sanaciones, abrecaminos, amarres, makumbas, consagraciones, pactos, etc.) y su orientación en el espacio-tiempo, como iremos viendo a continuación.













continuará…

Saludos a todos y que Nsambi acutare!

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