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Orisha Changó y Santa Bárbara |
Los que conocen sobre el Palo Monte y sus diversas ramas habrán oido y leido muchas veces que Mayombe es la rama que practica el Palo Monte con más pureza, como lo hacían los kongos y bantúes que llegaron a Cuba como esclavos entre el siglo XVII y el XIX y que Briyumba, Malongo y Kimbisa son ramas derivadas de Mayombe, pero con fuertes influencias de la cultura Yoruba y la europea; sinembargo, también sabemos que el culto afrocubano conocido como Mayombe, aún el más fiel a sus ancestros, presenta muchas diferencias con la forma de practicar la magia de los pueblos bantúes, en África, de donde salieron los tatarabuelos del Palo Monte.
Los estudios genealógicos de las tantas ramas y casas de Palo cubanas de momento solo nos llevan hasta el siglo XIX, época de la que datan las primeras ngangas documentadas que se consideran los Troncos Padres del Palo Monte. Estas prendas, como las actuales, estaban montadas en calderos y su ritual incluía el uso de pólvora y de tabaco, entre otros elementos que no se usaban en África y que incorporaron en Cuba, bajo la influencia occidental( calderos, pólvora ), indigena( tabaco ),musulmana( sala malekun ) y hasta asiática( recordemos que el supuesto fundamento original de Nsasi en Cuba está montado con kriyumba de chino. También hay prendas del sigo XIX montadas con kriyumba de indio ). Todo esto nos indica que la brujería chamánica bantú comenzó a transformarse desde el primer momento en que pisó arenas cubanas, mucho antes de que se produjera el conocido sincretismo religioso con Osha, Abakuá, catolicismo, espiritismo y Masonería, que la convirtió en un culto criollo, con personalidad e historia propias.
El Palo Monte como tal se empezó a desarrollar y expandir en el siglo XIX, la época en que mayor cantidad de esclavos kongos llegaron a la Isla para trabajar en la floreciente industria azucarera, pero también la época en que las luchas independentistas, en las que participaron muchos kongos rebeldes, consiguieron la abolición de la esclavitud, acontecimiento histórico que permitió que los kongos fueran libres y pudieran integrarse en los poblados y ciudades, mezclarse con otras razas y culturas y aprender de ellas, trabajar y prosperar; factores decisivos en la propagación de la cultura conga por toda la Isla y el florecimiento de muchos munansos, de los que nació la primera generación de paleros descendientes de esclavos kongos, herederos directos de su cultura ancestral, pero nacidos libres y muchos bautizados y alfabetizados, bilingues( kikongo y demás dialectos bantúes y el español ) y famiiarizados desde la cuna con las costumbres y adelantos occidentales.
Estos primeros descendientes fueron los que escribieron las primeras libretas, dictadas por sus padres y abuelos africanos o sacadas del recuerdo de sus enseñanzas, entremezclando palabras kongas con castellanas para llenar las lagunas dejadas por su incompleto dominio de las lenguas de sus maestros y utilizando términos y contenidos occidentales para ilustrar conceptos africanos de difícil comprensión. Hasta ese momento la magia chamánica bantú se conservaba y transmitía por tradición oral, pero con la asimilación de la escritura se convirtió en algo diferente y nuevo: el Palo Monte, un culto mágico-religioso, criollo y moderno, mitad africano-mitad occidental. La escritura se integró originalmente como una herramienta contra el olvido, un caldero donde concentrar la memoria ancestral para que siguiera viva después de desaparecida, como un nfumbe en su nganga; pero el lenguaje escrito es mucho más que una herramienta, está vivo y plagado de gérmenes filosóficos, científicos y culturales europeos que transforman todo lo que tocan. La palabra escrita es la gran magia, la brujería suprema de occidente con la que edifica su poder y seduce y conquista al resto del mundo, incluídos los kongos.
Uno de los recursos más utilizados en los bilongos del Palo Monte es escribir los nombres de personas en un papel para poder actuar magicamente sobre sus dueños. Sus ancestros precisaban conseguir algo directo del individuo en cuestión para poder afectarlo, uñas, cabellos, sudor, sangre, tierra o sombra de donde estuvo, etc, pero a sus descendientes cubanos les basta con escribir el nombre y sus apellidos para alcanzar a cualquiera, donde quiera que se encuentre y en cualquier momento. Es el mismo concepto mágico que dice que la parte es igual al todo( uñas, cabellos, etc ) pero aplicado sobre aspectos más abstractos del ser humano, como su nombre, apellidos, fecha de nacimiento, etc, hasta llegar al número del documento de identidad y la fotografía, como ocurre hoy en día. La esencia de la magia konga es práctica y flexible, se nutre de su entorno, ya sea en la selva africana o en las ciudades cubanas y se adapta y evoluciona con cada nuevo elemento o acontecimiento, ya sean nuevas plantas y animales o un enorme y humeante monstruo metálico que se desliza como una serpiente gigante por un camino de hierro.
El palero moderno sigue siendo ese niño inquieto y curioso que todo lo coge y todo lo prueba y lo asorbe y lo reiventa en el mundo fantástico de su juego secreto. Transforma en fetiches muñecas de plástico, sustituye makutos y guiras por calderos de hierro y de barro, más grandes y resistentes; coloca un crucifijo junto a la kriyumba y un revólver junto al machete de Sarabanda, prenda totalmente cubana, fundamento metálico para un mundo de aviones y de trenes; metiendo nfumbe y nkisi en un mismo caldero, usando azogue, pólvora, tabaco, incienso y velas de colores, tierra de iglesia y de estación de policía, agua bendita, monedas de plata, espejos, copas y vasos de cristal, cuentas de plástico y esencias de plantas embotelladas, junto con los tradicionales palos, yerbas, piedras, animales, bichos, rastros del monte y demás sustancias y elementos naturales de siempre. El pasado y el presente caminan de la mano, lo primitivo y lo moderno coexisten en un mismo tiempo y esa convivencia es lo que mantiene vivo al palo monte, los muertos y los vivos trabajando y jugando juntos.
Los estudios genealógicos de las tantas ramas y casas de Palo cubanas de momento solo nos llevan hasta el siglo XIX, época de la que datan las primeras ngangas documentadas que se consideran los Troncos Padres del Palo Monte. Estas prendas, como las actuales, estaban montadas en calderos y su ritual incluía el uso de pólvora y de tabaco, entre otros elementos que no se usaban en África y que incorporaron en Cuba, bajo la influencia occidental( calderos, pólvora ), indigena( tabaco ),musulmana( sala malekun ) y hasta asiática( recordemos que el supuesto fundamento original de Nsasi en Cuba está montado con kriyumba de chino. También hay prendas del sigo XIX montadas con kriyumba de indio ). Todo esto nos indica que la brujería chamánica bantú comenzó a transformarse desde el primer momento en que pisó arenas cubanas, mucho antes de que se produjera el conocido sincretismo religioso con Osha, Abakuá, catolicismo, espiritismo y Masonería, que la convirtió en un culto criollo, con personalidad e historia propias.
El Palo Monte como tal se empezó a desarrollar y expandir en el siglo XIX, la época en que mayor cantidad de esclavos kongos llegaron a la Isla para trabajar en la floreciente industria azucarera, pero también la época en que las luchas independentistas, en las que participaron muchos kongos rebeldes, consiguieron la abolición de la esclavitud, acontecimiento histórico que permitió que los kongos fueran libres y pudieran integrarse en los poblados y ciudades, mezclarse con otras razas y culturas y aprender de ellas, trabajar y prosperar; factores decisivos en la propagación de la cultura conga por toda la Isla y el florecimiento de muchos munansos, de los que nació la primera generación de paleros descendientes de esclavos kongos, herederos directos de su cultura ancestral, pero nacidos libres y muchos bautizados y alfabetizados, bilingues( kikongo y demás dialectos bantúes y el español ) y famiiarizados desde la cuna con las costumbres y adelantos occidentales.
Estos primeros descendientes fueron los que escribieron las primeras libretas, dictadas por sus padres y abuelos africanos o sacadas del recuerdo de sus enseñanzas, entremezclando palabras kongas con castellanas para llenar las lagunas dejadas por su incompleto dominio de las lenguas de sus maestros y utilizando términos y contenidos occidentales para ilustrar conceptos africanos de difícil comprensión. Hasta ese momento la magia chamánica bantú se conservaba y transmitía por tradición oral, pero con la asimilación de la escritura se convirtió en algo diferente y nuevo: el Palo Monte, un culto mágico-religioso, criollo y moderno, mitad africano-mitad occidental. La escritura se integró originalmente como una herramienta contra el olvido, un caldero donde concentrar la memoria ancestral para que siguiera viva después de desaparecida, como un nfumbe en su nganga; pero el lenguaje escrito es mucho más que una herramienta, está vivo y plagado de gérmenes filosóficos, científicos y culturales europeos que transforman todo lo que tocan. La palabra escrita es la gran magia, la brujería suprema de occidente con la que edifica su poder y seduce y conquista al resto del mundo, incluídos los kongos.
Uno de los recursos más utilizados en los bilongos del Palo Monte es escribir los nombres de personas en un papel para poder actuar magicamente sobre sus dueños. Sus ancestros precisaban conseguir algo directo del individuo en cuestión para poder afectarlo, uñas, cabellos, sudor, sangre, tierra o sombra de donde estuvo, etc, pero a sus descendientes cubanos les basta con escribir el nombre y sus apellidos para alcanzar a cualquiera, donde quiera que se encuentre y en cualquier momento. Es el mismo concepto mágico que dice que la parte es igual al todo( uñas, cabellos, etc ) pero aplicado sobre aspectos más abstractos del ser humano, como su nombre, apellidos, fecha de nacimiento, etc, hasta llegar al número del documento de identidad y la fotografía, como ocurre hoy en día. La esencia de la magia konga es práctica y flexible, se nutre de su entorno, ya sea en la selva africana o en las ciudades cubanas y se adapta y evoluciona con cada nuevo elemento o acontecimiento, ya sean nuevas plantas y animales o un enorme y humeante monstruo metálico que se desliza como una serpiente gigante por un camino de hierro.
El palero moderno sigue siendo ese niño inquieto y curioso que todo lo coge y todo lo prueba y lo asorbe y lo reiventa en el mundo fantástico de su juego secreto. Transforma en fetiches muñecas de plástico, sustituye makutos y guiras por calderos de hierro y de barro, más grandes y resistentes; coloca un crucifijo junto a la kriyumba y un revólver junto al machete de Sarabanda, prenda totalmente cubana, fundamento metálico para un mundo de aviones y de trenes; metiendo nfumbe y nkisi en un mismo caldero, usando azogue, pólvora, tabaco, incienso y velas de colores, tierra de iglesia y de estación de policía, agua bendita, monedas de plata, espejos, copas y vasos de cristal, cuentas de plástico y esencias de plantas embotelladas, junto con los tradicionales palos, yerbas, piedras, animales, bichos, rastros del monte y demás sustancias y elementos naturales de siempre. El pasado y el presente caminan de la mano, lo primitivo y lo moderno coexisten en un mismo tiempo y esa convivencia es lo que mantiene vivo al palo monte, los muertos y los vivos trabajando y jugando juntos.